lunes, 29 de diciembre de 2014

¡Ha amanecido!

Ha salido a la calle a cazar milagros. Busco una sonrisa conocida que me haga reir. Es un buen día, y anoche no me acordé de ti. Volemos porque ya no siento el peso de tu ausencia. Me equivocaba, nunca terminamos demasiado solos, y al abrir los ojos, siempre terminaremos dándonos de bruces con transparencias inocentes.

No estaré en el cielo, pero la tierra me hace sentirme viva. Capturo cada recuerdo de esta mañana y los escondo en el bolsillo, para sacarlos por si mi sonrisa decae. El viento comienza a levantarse y arrastra toda la maldad. La plaza está llena de precisas contraseñas diminutas. Hay que buscar para encontrar donde se esconde la felicidad. 

Allí están, sentadas en una silla húmeda. Si lo supiese, hubiese traido con el brillo de mis ojos unas cervezas.

"No te mientas, no eres  tan buena" "Pero bueno...¿y tú que sabrás?" "A... demasiados años de promesas absurdas" "Vete a la mierda mi amor"

Lo dije. Hoy es un buen día, y quería contarlo. Más que por mí por vosotros, que nada sería tan imperfectamente hermoso sin vosotros. Para que de vez en cuando olvidemos que los días amargos envenenan todos los dulces. Y sobre todo, para recordar que los mayores tesoros se esconden siempre en el agujero más oscuro.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Enseña a caminar a la vida


Hoy me han despertado las musarañas de la ausencia de mi antiguo yo. El sol se ha agarrado al borde de mi cama como quien trata de desprenderse de su vida, y el suave olor a tabaco impregnado en mi ropa me ha alborotado el corazón. Hay una luz, ahí, en el rincón más oscuro bajo las sábanas que levanta mi tristeza y hondea con orgullo por la habitación. 

Soy yo, pero no soy yo. Me encuentro tendida entre el pasado y el futuro, sin estar segura de donde poner mi pie para dar el próximo paso. No temo al futuro, pero sí a los errores. He abierto los ojos esperando encontrar un mundo lleno de telarañas y suciedad de mi crueldad, de mi dolor. Pero todo estaba vacío, y se me ha hecho extraño, porque ya no lo sentía como mi propio hogar.

Es abrumador cómo los amaneceres no esperan que tus lágrimas apaguen el sol. Ahí está, todo el mundo, desplegado detrás de mi ventana, esperando engullir mis risas reprimidas, los susurros a media noche, la mediocridad de las meteduras de pata, las victorias... esperando engullirme a mí. Y yo me encuentro inmóvil, inmortalizada en una cama que me ha regalado tantos pensamientos dañinos.

Siempre ocurre. El tiempo se escapa, los recuerdos se olvidan, las casualidades se pierden, y las personas abandonan tu vida. Y por suerte y por desgracia, la vida sigue y sigue y sigue... y no se detendrá, hasta que este diminuto corazón se detenga en la memoria ajena para la eternidad de nuestros diminutos sueños.

jueves, 25 de diciembre de 2014

No sé decir "no"

Complacer siempre a los demás, no es ayudarles ni hacerlos más felices. A menudo olvido que en ocasiones, lo que más deseamos es lo que menos necesitamos. No juego con la misma moneda de cambio que solicitan a mi sonrisa, pero finjo que lo hago.

Podemos calentar nuestros sueños a fuego lento, pero como no los mezclemos con la realidad pronto, terminarán abrasándonos. Creo que es importante ser sinceros con nosotros mismos para permitir que los demás sitúen sus miedos en un tiempo fluyente.

No soy la "mesías", solo puedo enseñarte como vivo mi vida. Todos aprendemos de todos; todas las personas del mundo saben algo que tú desconoces. Sin embargo, debemos elegir qué "adiós" tiene el suficiente poder de no caer en el olvido y ese es precisamente mi problema.

A menudo, deseo conocer tanto de otros, que me pregunto si realmente les estoy endeudada. Por eso, me dejo hacer, me dejo llevar, dejo que reflejen en mis pupilas sus deseos... y después me doy cuenta de que estoy perdiendo mucho más de lo que gano. En ocasiones, hago muchas cosas que no deseo. Como si en la calma de los demás pudiese encontrar dormitando mi felicidad.

¿Qué estúpido verdad?

lunes, 22 de diciembre de 2014

viernes, 19 de diciembre de 2014

Tu recuerdo es mi presente

Dijiste que el amor dolía. No cielo. El amor no duele, lo que duele es la ausencia del amor. Te lo puedo demostrar ahora, aquí, sentada en una parada de autobús cubierta de lágrimas porque no puedo tenerte. Mi tristeza se debe a tu libertad, la libertad de elegir con quién volar. Mis alas están rotas y tú no eres estúpido... era lógico que tomaras un vuelo distinto. 

No voy a mentirte, espero que ella no te haga feliz, pero tampoco quiero que aceptes mis sonrisas por escapar de la tristeza. Ella es increible, y te merece más que nadie. La cosa es que... es que no sé, guardaba en mi interior la esperanza de que la que podía hacerte feliz fuese yo. Supongo que yo no era lo que buscabas, que te tropezaste conmigo sin querer y no deseas darle la menor importancia.

Ojalá estuvieses aquí ¿Sabes? me da igual que me hagas daño. Prefiero ser un recuerdo que absolutamente nada para ti. Yo vuelvo sola a casa, como siempre, y en 24 horas ha cambiado todo tanto... curiosa la forma en la que las esperanzas se esfuman. Ojalá tu falta se me pasase así de deprisa.

Te cogí de la mano, y tú no la apartaste. Lo recuerdo perfectamente. Sé que no quieres hacerme daño, pero las elecciones son una forma de división entre el futuro y el olvido. Creo que tú tienes claro lo que quieres. Lo pillo, tranquilo, me voy a regocijar en algún otro lado. ¿Quizás encuentre a alguien que también me quiera sabes? Quizás... algún día...

Y ahora ve. Y no hagas que me arrepienta de esta decisión, 
mi dulce rompecorazones.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Despierto, y todo me parece un sueño

Me mezo con la lluvia, al rumbo de tu canción favorita. Alicatamos nuestros miedos y los hemos dejado llorando en la esquina, cogiendo polvo. No soplemos todavía. Disfrutemos de este invierno que el frío no nos ha arrebatado del todo. Los pies desnudos por las baldosas de mi cocina mientras tu risa hacía temblar mi corazón. Destemplados nuestros sueños, cuando me dices que "ya nos veremos". Soy torpe con las confesiones. 

Mi corazón miente y apedrea cualquier señal que pueda desviarme de mi seguridad, pero tus ojos son hogar para mis sentidos, y la noche, nuestra estación preferida, donde colgamos todos nuestros recuerdos. Ellos dijeron que el amor es sufrimiento, pero suena ligero cuando tu mirada colorada rezuma de mis pensamientos. Una canción al borde del espejo, y una poesía que hace de tu corazón de marfil un hueco de felicidad. Mis perfectas meteduras de pata y una voz que tiembla de locura. Quizás la luna no miente tanto. Quizás sea su lado oscuro el que nos apresa en el tiempo. 

La retaguardia de tu valentía me salpica de sabiondas hendiduras, hacen que la vida merezca la pena. No sé qué es lo que tenemos, pero no puedo dejar de abrir la ventana, que el olor a tabaco del bar de abajo me recuerda el sabor de tus besos. Sigo despierta... pero quién podría dormir colgada de tus sueños.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Silencio.



No te ha ocurrido nunca, que en medio de todo el alboroto, de todos los pensamientos y las voces malignas, en medio de este torbellino de atrocidades desintencionadas te vuelves hueco y vacío? 
Como si tuvieses esa sensación de estar a punto de caer desde un abismo, pero fuese un sentimiento eterno. Tu mente está vacía, tus sentimientos son como un libro en blanco, sin pasado sin presente y sin futuro. Llegas hasta el borde de tus emociones y después… nada.  No existe tristeza, pero tampoco percibes alegría. Es como despellejarse y mirarte a ti mismo desde fuera, a una distancia tan profunda que ni siquiera tu rostro te resulta familiar. 

Está todo frío, y no te importa. Está todo oscuro, y te da igual. Está todo lleno de sonrisas falsas, hipocresía, y eres indiferente. No queda absolutamente ningún rastro de que eres una persona en este mundo enorme. Es como estar muerto por dentro, completamente podrido, pero tu corazón no se detuviese nunca. Y cada vez que ocurre, cada vez que me atrapa, sigo sin encontrar motivo a su presencia. Alguien ha venido y me lo ha robado todo sin darse cuenta. Pero no existen culpables, y eso es aún peor. No debería sentirme así, no tengo tan mala vida. Es un extenso vacío emocional de las consecuencias de aquello que queda implícito en mis caóticas vivencias. Todos podemos perder un poco la cabeza. Pero a mi este sentimiento me aterroriza. No solo porque tenga conciencia de que cada vez me cuesta más tiempo volver a sentir algo y tema que llegue un día en el que no pueda volver a hacerlo. Sino también porque en esos instantes no me importa absolutamente nada. Podrían decirme que voy a morir al día siguiente y no me inmutaría. 

Lo único que deseo con locura en esos instantes es que alguien me de una buena ostia. De los de verdad, con la mano abierta. Necesito despertar y sentir algo tan desesperadamente que he llegado a hacer cosas que realmente, me han hecho cuestionarme mi propia existencia. Me han hecho cuestionarme la lucidez de mi propia mente. Estoy siempre buscando algo, pero nunca sé el qué. Y al final, solo queda silencio. Un profundo silencio que no puedo romper. Silencio.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Mientras no estés aquí...



 He vuelto a perderme en sueños. Me entretiene si no estás aquí, y hace más pequeño el vacío. Pero espero que estés en camino, espero que sepas encontrarme, porque sino tendré que echarlo todo a la basura y cuesta mucho empezar de nuevo si no te puedes basar en nada.

Soy cada vez más fuerte y más segura de mí misma... pero tú podrías dejarme vulnerable en un segundo. Dudo mucho que seas plenamente consciente del dolor que puedes causarme, aunque quizás te asuste poseer esa realidad. Supongo que por ahora es mejor dejarlo así y permitir que el tiempo, por sí solo, lo haga relucir.

No quiero perder esta oportunidad. Hace mucho que no sentía nada semejante y resulta complicado dejarlo inadvertido. ¡Pero no lo hagamos aburrido por favor! Es mucho más divertido de lo que crees. Aunque antes de empezar con el juego quisiera saber... ¿jugarías la partida hasta el final?

sábado, 6 de diciembre de 2014

¿Es esto real?


Las mujeres rondan, de una vida a otra, haciendo de los instantes, eternidades que arreglan todos tus sueños rotos. No hace falta mucho para divertirnos; el humo de su cigarro, la oscuridad de la luz, pintalabios desgastados y un espectáculo impecable (yo).

Siéntese, que esto le va a gustar. El calor irá sembrando en usted el olvido de su mujer. Bienvenido a mi fantasía. Pero debo advertirle, una vez que dedicas un latido al amor de estas mujeres, será casi imposible escapar. 

Escucha esas risas nerviosas, todos sabemos que representan la pasión de la huida de la realidad. ¿Quién dijo que el sexo no podía ser inocente? Usted nos ama, y nosotros lo amamos porque nos ama.

Los sueños son también parte de la realidad, no lo olvide. Este no acaba cuando baje el telón, todo sigue expandiéndose en su interior. Bueno, veo que se está poniendo nervioso. El sudor comienza a testificar en su contra, aunque tampoco hace nada malo. Y ya le dejo en paz caballero. Que tenga una dulce velada, que el espectáculo está por comenzar.

martes, 2 de diciembre de 2014

Un mismo mundo, dividido en dos reveses


No hablo tu idioma. Entre nosotros se abre una enorme brecha, porque ninguno de nosotros es capaz de mirar adelante. Mi vestido blanco, no hace brillar tus ojos. Has visto tantos crepúsculos que crees que un amanecer te cegaría. Y yo intento husmear despacio, por los copos de polvo que se adentran en silencio en la madrugada de tu habitación, es difícil hacerlo cuando eres consciente de que tu corazón no deja de meterte prisas.

Estoy jugándome todos mis miedos del pasado. Lo que brilla en mis lágrimas son mis pedacitos de cristal, soy consciente de que si se mueven un poco, me dejarán heridas que tardarán en cicatrizar. Pero ese no es tu problema cielo. De ti no busco una salvación, sino una emoción recíproca. Ojalá supiese de antemano si arriesgarme merece la pena.

¿Qué te ocurre? Creo que deseas que me rinda porque mi presencia perturba tu paz. Oh dios... ni que desease prender una guerra que no acabase entre las sábanas. Quiero creer que es el miedo quien te paraliza... pero comienzo a dudarlo y no dejo de hacerme daño con la realidad. Porque sé que de todos modos, fantasear contigo sin tenerte a mi lado sería mi perdición.

No me hagas perder la cabeza si no puedes hacer ausentar tu cordura cielo...

lunes, 1 de diciembre de 2014

Con las botas rotas


Te escribo desde un bar desierto donde suena una canción que detestarías. Te aferras a los anuncios basura que escupe la radio mientras que yo canto a gristos viejo rock rasgado. Pero eres tú el único que consigue que me la sude lo que digan los demás. Contigo me basta y me sobra para sobrevivir.

Intento romperte los esquemas pero te adelantas. ¿Quién te dijo que te quería? ¿Fueron tus sentimientos o las mentiras? Por mi cuarto entra el frío y recuerdo el humo de aquel cigarro que sentenció el "no" que tan cansada estoy de oir. No soy de pedir mucho, pero si te metes en mi cama, que sea para quedarte; que capullos con polla hay en cada esquina.

Quiero que seas tú el que encienda en los labios de quienes me odian "la rompecorazones se ha terminando tropezando". La mejor ostia de mi puta vida. Que sí, que soy una cursi cubierta de palabrotas. Pero coño, me muerdes entre besos y qué quieres, no puedo evitarlo.

De pronto, me descubro desordenando todo cuando te ausentas, y deseando gritar de locura cuando la luna alumbra mi cuerpo desnudo. La ventana sigue abierta... ¿Donde coño estás?

Esto no es un juego de cicatrices a fuego lento. No estoy para perder el tiempo dando vueltas sobre tu mundo. Déjame adentrarme en él en silencio, sin hacer ruido. Cuelgo sobre mi lengua pruebas de que si me echas, no vuelvo.

Pero quizás por ti... puedo romper mis propias reglas.

domingo, 30 de noviembre de 2014

Aquí te espero


No te preocupes. Entra. Cierra la puerta. No voy a engañarte. Ya no intento demostrarme algo a mí misma. Sé que he errado. He estado en el lado oscuro de los malechores, siendo juzgada por personas que realmente, no compartieron conmigo ni un hola. Creo que es inevitable tratar de comprender, pero no vengo a hablar de esto; vengo a estar contigo.

Mis barcas se dejan mecer en la tranquilidad de sentirse querida. Nunca debí pensar que no tenía nada, porque que tenga las manos vacías no significa que no me pertenezca lo más grande de la existencia de la humanidad. Río un poquito, salpicada por algunas lágrimas. Ven cielo, solo quiero abrazarte, sin nada a cambio. Lo juro. Esto ya no es un triste sueño.

Todo ha sido una ilusión, pero ha desenbocado en sentimientos verdaderos. Y ahora, adornada de flores, porque he roto todos los diamantes, te tiendo la mano. Quiero que me des la oportunidad de quererte como tú lo hiciste conmigo. Es la paz que se cobija en la experiencia. Nunca antes me había sentido tan llena vaciando sentimientos. Es como si pudiese volar consciente de que ninguna tormenta me derrumbará. 

Lo que das, termina por ser devuelto. Lo prometo. Y no hay nada más electrizante que sentirte querida, no por lo que das, sino por lo que eres. Tengo muchísimo que ofrecerte, pero quédate solo si es lo que deseas hacer. Esta vez no hay intereses, solo soy yo, con los brazos abiertos dejándote paso a mi interior. No está la llave puesta. Aunque tengo un poquito de miedo. Aquí te espero, si quieres.

Libérate por el increible echo de existir


No he sido siempre una persona fácil de llevar. Sé de sobra que mi sonrisa en ocasiones marca un engaño... una traición sobre lo mejor de mí. Oculta todo lo que llevo en mi interior, pero no soy invisible del todo. Sé que si te detienes, y decides mirar más hallá de mi mirada, descubrirás con facilidad todas las inseguridades que construyen fuertes en mi interior. Sin embargo, se necesita valor para querer ver algo en mí que no sea lo esperado. No digo que todo lo que guardo en mi interior sea malo. Simplemente, es mucho más profundo de lo que muchos pueden llevar consigo. Creo que a algunos les queda demasiado grande lo que soy, y por eso huyen... pero gracias a eso se quedan los mejores.

Siempre he sido algo así como un choque de contradicciones. Es casi imposible predecir con qué voy a salir hasta que lo demuestran mis actos. Pero yo soy así. Ni mejor ni peor. Simplemente así. Creo que no hay nada de malo en ello, por mucho que algunos no puedan soportarlo. 

Doy todo. Cuando siento que quiero estar al lado de alguien lo doy todo. Debo admitir que no me verás llorar con facilidad, pero si lo haces, será que has llegado mucho más hondo de lo que crees en mi interior. Es difícil conocerme, pero una vez que lo haces ya no huiré a ningún lado. Me quedaré aquí, cuidando de ti. Yo soy así. Conozco de donde provienen las sonrisas puras, y quiero cuidarlas todo lo que pueda, antes de que cualquier distanciamiento pueda arrancarlas de cuajo. No sé. Creo que es importante ser uno mismo con las personas que quieres. Sino, ningún intercambio de sentimientos sería valido. Sé sincero con tu corazón, pero sobre todo, con quienes hacen que lata con intensidad.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Ven, te espero


Te descubro buscandome. Ja-ja. Ya te tengo niño bueno. Estás cayendo por la chica de cara de santa y modales del diablo. ¿Estás seguro de que quieres perseguir mi olor en callejones con meadas de borracheras sin memoria?

Vuela cielo, aquí te espero. Empieza el juego y no prometo jugar sin hacer trampas. Pero te juro que te gustará, si encuentras el valor de aguantar hasta mi cama mi locura. Me da igual que hayas vivido más tiempo que yo los inviernos oscuros, te aseguro que no has conocido a nadie como yo. Vamos vamos vamos. No pares ahora. 

Juro que este terreno es inestable pero es el mío joder. Sé cuidar de lo que tengo aunque nunca quisieron cuidar de mí. Que los dos sabemos que no valemos nada, pero coño, al menos servimos para molestar a gemidos a mis vecinos. Hagamos retumbar la tierra arrasando con todo lo escrito.  Esto es sobre vivir, no sobre pensar. Deja de escribir ya, que te estoy desabrochando los pantalones.

Distingámonos ante la gente follando en cada portal. Quiero que pintemos una luna nueva, que ya estoy hasta el coño de promesas de amaneceres. Siempre fui despeinada contra corriente, y creo que sabes de qué palo voy pero te estás volviendo loco por que desordene tu vida con mi mirada de lujuria. 

Te reto; si puedes desprenderte de mí cuando me enrede en tus brazos te dejaré en paz para siempre y esto no será más que un polvo más. ¿Podrás?

Buenas noches


Y sonrío, al recordar como suena tu voz cuando hablas con lentitud. Es curioso, porque te siento aquí cuando los días de lluvia estiran sus horas y el frío intenta alcanzarme. Es como si quisieses protegerme del dolor de la soledad, ese que te empapa cuando crees que nadie te está mirando. Pero si supieses, como me gustaría abrigarte el corazón y besarte los sueños... si supieses todo lo que haría por hacerte comprender que yo también conozco demasiado los resquicios oscuros del corazón. Quizás sea hora de que despertemos los dos un poco... ¿me dejas encender la luz?

No comprendo por qué de pronto siento el inmenso impulso de cogerte la mano, no entiendo como es posible que quiera besarte cada lunar, o revolverte el pelo, mientras me visto con esa sonrisa de calma, tu sonrisa, que no para de susurrarme "estoy aquí, no me voy a ningún lado". Me buscas con la mirada, pero no dejas que te encuentre. No tengas miedo cielo, no voy armada. Y aunque lo estuviese, ninguna ha estado nunca cargada.

Es difícil imaginar que echo de menos lo que nunca he tenido y creeme, a mí también me ha sorprendido encontrarme a mí misma soñando con un millón de quizás que quisiera compartir contigo. Tranquilo, no tendrás que levantarme, ya he aprendido a hacerlo yo sola durante todos estos años, pero puedes quedarte a mi lado y sostener mis esperanzas cuando yo las haya desparramado por el suelo. La noche me está arropando. Ya es tarde, y sigues sin estar aquí. Pero por hoy me conformo con que tú también estés pensando en mí.
Habla con él

domingo, 23 de noviembre de 2014

Todo comienza a destruirse por no saber diferenciar lo que queremos de lo que necesitamos.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Todos somos poetas de nuestra propia historia.

Y nada más...

Me desbordo en la ventana de cafeína fuera de lugar. Necesito la oscuridad que me otorga la noche para volverme invisible, su moneda de cambio es la soledad, y no me podría haber salido mejor negocio. Esta noche no dormiré, tengo miedo de encontrarte en mis sueños. No es sencillo admitir que todos necesitamos algo que nos aleje del dolor, lo importante en el fondo es que no sea un vicio pasado. Pero esta vez es diferente... porque eres tú ¿Sabes? En ocasiones prefiero que tu recuerdo me haga daño a olvidarte del todo. Hoy no hay cigarrillos a medio fumar ni poesías hermosas. Hoy soy yo, sentada conmigo misma deseando en silencio que aparezcas por el fondo de la calle sonriéndome como si el tiempo no se hubiese cargado toda nuestra ilusión. Intentamos construir nuestro reino entre las sábanas, y lo primero que hicimos fue anclar la muralla que nos separa. Fui una auténtica cobarde. Di más importancia a los puños cerrados porque tu sonrisa me hacía temblar. Pero no estoy aquí en búsqueda de culpables. Creo que solo te echo de menos, y nada más.

NO.


Nunca he aprendido a decir que no. Pero no confundas, no es por los demás, solo intento salvarme a mí misma. Porque un no es una puerta cerrada, y yo tengo pánico de quedarme anclada en un cuartucho cerrado bajo llave. (Cambio como las estaciones, como si temiese constantemente encerrarme en mí misma y decir... "está soy yo".) No, nunca he sabido elegir, así que no esperes un "para siempre" porque no lo obtendrás. ¿Demasiado desencanto? Aquí no encontrarás un cuento de hadas, sino noches entre prostitutas, porros y poemas de almas muertas. Así que si no me quieres encontrar deja de buscarme, que no acostumbro a cumplir lo que nunca he prometido.

A toda ostia


He conocido las prisas durante mucho tiempo. Esos amores que duran lo que dura una borrachera, que no conocen de despertares sin resaca emocional. Los besos de labios sin nombre ni apellidos, y manos que buscan fantasmas de lo que nunca poseerán. Las braguetas que se abren con prisas y bragas que quedan olvidadas en el asiento trasero de coches de papá. Sé como se curva esa sonrisa maliciosa "te he conseguido, ya eres mía". Menudo gilipollas. Un polvo es un polvo y punto; te costará el sudor del alma retenerme en tu cama. Una se acostumbra a vivir en un caos, un reajuste de mi vida a lo que se forja en mi interior. Ya me aburre. Estoy hasta los ovarios de no encontrar ninguna palabra amable a las 3 de la madrugada. Solo estoy para follar porque nunca he sabido lidiar con "te quieros". No te pido imposibles joder. No es tanto pedir que se queden por lo soy en vez de por lo que puedo darles. ¿O sí? 

domingo, 16 de noviembre de 2014

Vulnaribilidad


No puedes ni imaginar, lo vulnerable que me siento cuando las diferencias de mis actos me delatan ante los demás. Es como ponerme precio a mí misma y exponerme ante un escaparate, tomando valor solo si alguien decide comprar. Creo que inconscientemente, esas diferencias hacen a la gente palpar algo en mi interior, algo que no quiero que averigüen. Solo me da ganas de llorar.

Son desconocidos que de pronto, se tropiezan con algo muy preciado, muy íntimo,muy mío. Y sé que son conscientes. Sé que saben que me importa mucho y pueden percibir en mis ojos algo que no comprenden, algo de lo que algunos querrán huir. En cierto modo, pueden ver a través de mis grietas lo rota que me siento; todo lo que oculta mi sonrisa.

Me intento sostener... pero no quiero aferrarme a nadie cruel para no caer. Y ya no me fío de nadie. Creo que tengo miedo de que los demás me hagan daño, porque sé hasta donde puedo hacerlo yo. Temerme a mí misma me hace temer a los demás. Lo odio. Ojalá alguien que me proteja y no me juzgue ¿sabes? Ojalá no tuviese tanto miedo de dejarme llevar.

Estoy aterrorizada... siempre he tenido miedo de que me hagan daño. No sé. Supongo que nunca he sido buena en llegar al corazón de la gente siendo yo misma. Nunca he sido buena siendo yo misma a secas. Puede que no tenga tanto que temer, pero mis miedos... me arman sin que se lo pida. Y ya no sé como vivir sin mi armadura.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Nosotros y nuestra manía de ponerle medidas a lo abstracto


No puedes ni imaginar el poder que sentí cuando me di cuenta de que a la única a la que pertenecía mi cuerpo era a mí, y que yo misma decidía las reglas que podía imponer sobre él, y que ninguna, absolutamente ninguna sería la equivocada, porque sería decisión mía por mi bienestar. Si era yo quien debía armarme con mi cuerpo cada día, sólo yo tenía la capacidad de comprenderlo con minuciosidad, de modo que solo yo sería capaz de juzgarme a mí misma y de decidir lo que sería bueno o malo para mí. Este es mi cuerpo, y nada me hace sentirme más satisfecha, que estar orgullosa de la misma en su estado más natural. Nadie necesita decirme lo que debo hacer para ser más bella, lo puedo ver yo misma, no necesito tu ayuda porque a quien debo gustarle por encima de cualquier otra persona, es a mí misma, y trabajar para ello está en mis manos. Existen miles de cuerpos, y por ello, existen miles de gustos para amarlos. Alguien que dice no amarme con la misma intensidad porque no tengo el cuerpo ideal que la otra persona desea, no se merece mi amor; porque si cambiase mi aspecto por el mismo motivo dejaría de ser yo misma. Además, me di cuenta de que podía ser muy bella a mi manera, porque todo lo que hay en el mundo tiene algo bello en su forma de ser única, en su autenticidad. Caí en la cuenta de que el mayor error que podía cometer en mi vida era avergonzarme de mi propia belleza.
No se puede obligar a nadie a ser feliz.

martes, 11 de noviembre de 2014

Correspondido.

 Y en eso consiste el querer ¿no es verdad? Correspondido. En darte mi corazón para que puedas llenar el hueco que ha djado el tuyo.

Ojalá, nos hubiésemos acordado de ello cuando repartimos nuestros vienes. Pero nadie dijo nada, porque el vertigo que sentía era demasiado denso, y el suelo nunca ha sido muy sólido bajo mis pies.

Y sin embargo, ahora comprendo que me quedé con lo más fascinante y doloroso de ti... o de mis recuerdos, porque en cada latido, hace acto de presencia tu sonrisa en mi almohada. Aunque estoy segura de que si tuviese mi propio corazón, cosido a mi alma, te recordaría igual-igual.

No se puede olvidar con tanta facilidad a la única persona que en un suspiro, te ha hecho creer en la magia de nuevo.

domingo, 9 de noviembre de 2014

¿Cuál es el sabor de estar en la piel de mis enemigos?


Al final, la verdad acaba saliendo a la luz. Me empeñé en olvidar que siempre acabo haciendo daño a quienes más quiero. Lo conseguí. Pero al parecer no he cambiado en absoluto, porque vuelvo a ser la misma zorra. Sí. Asústate... jajajajajajaja! Sigo matándome hiriendo a los demás. 

Y no sé qué hago, que cada vez que quiero a alguien necesito huir. Sé que no soy buena persona. Alguien que tiene un corazón puro no causa tantos destrozos. Ojalá pudiese ser un poco menos yo. Pero no puedo, porque siempre vuelvo al mismo proceso de intentar quererme, darme cuenta de que no lo consigo, y caer hasta el hondo de nuevo. Una y otra vez lo mismo.

¿Estás seguro de que quieres quererme? Recuerda que destruyo todo lo que toco. Esto no es sencillo... Hace tiempo que mis palabras perdieron valor, ahora se prostituyen gratis, para que puedan construirse miles de castillos derruidos sobre mis hombros... sobre mis hombres.

Ellos no dejarán de hablar de la ignorancia. Cada vez menos personas a mí al rededor, más dolor. Hago que no me preocupo, pero puedo ver como esta vez me siento sola en la esquina de mi habitación, y no existe ni siquiera la posibilidad de que nadie quiera escuchar mi voz por el teléfono. 

Y lo peor es que ya no existe margen de error. Porque no es que hagan que sienta que es mi culpa. Es mi culpa. Siempre ha sido mi culpa.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Fuimos siempre

Siempre fui más de melodías
que de letras,
más de vivir
que de pensar,
más de volar
que de dibujar aterrizajes
en tu piel.

Desperté, y tú ya no estabas,
y me he quedado ahogada,
por mi propio aire.

Tu falta se atrinchera en mi pecho,
como un corsé,
que nadie más que tus manos
podrán abrir,
mi alma, digo.

Tú siempre fuiste
de llevar cuentas,
de mis gemidos,
y te asustó,
porque perdiste la cuenta
de los tuyos.

Anoche bebí, mucho.
Brindé con mis sombras
para olvidar.
Más que de ti,
de mí misma.

Ya no me importa si hago bien
o mal,
no estás tú para juzgar
mis locuras,
ni para guardar en el bolsillo derecho,
las sonrisas tristes.

¿De qué vale la belleza 
si nadie puede verla?
Dicen que estoy perdida,
pero antes también lo estaba,
en tus brazos,
y entonces nadie dijo nada.

Siempre fuimos
el todo de la nada,
y nos hicimos invencibles,
en las tormentas bajo las sábanas...
hasta que tú empezaste a sentir con la cabeza,
y no me quedó otra, 
que pensar con el corazón.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

¿Qué ha pasado?


Ya estoy vacía de nuevo. Cuando aprenderé. Cuantas caidas más... He tropezado de nuevo, hoy he vuelto a caer. Mis pensamientos han vuelto a quedarse mudos y he permitido ilusa que el miedo se desbordara de mi razón.

Dejaré destrozada mi vida en un cajón. Me olvidaré un poco a mí misma. No tengo fuerzas para enfrentarme a este dolor de nuevo. Voy a volar, sintiendo que dejo abandonada mi piel y finjo ser otra de las miles de personas que acechan mis pensamientos.

Después de tanto tiempo en la oscuridad la luz me ciega. Apartala de mí por favor. Necesito estar un poco más borracha para escucharme a mí misma. Todavía es demasiado pronto, todabía no. ¿Por qué os cuesta tanto entenderlo a todos?

Mi historia ha sido cosida por gritos ignorados. ¿Como puedo ser tan estúpida para temer lo más valioso de mi vida? Pero no quiero que acabes conmigo esta noche. Por favor, dame fuerzas para un abrazo correspondido más. Lo necesito.

Sigo siendo el mismo desastre de siempre. Sé lo que deseo, pero no es tan sencillo en encontrar ¿Sabes? No dejo de sorprenderme conmigo misma. Estoy aquí, más muerta que viva. Permito matarme un poco más a mí misma, porque ya he aceptado que no puedo plagiar más sentimientos ajenos nunca más. Me estoy derrumbando en mí misma intentando ser otra persona.

martes, 4 de noviembre de 2014

lunes, 3 de noviembre de 2014

Es simple.

La guerra cesa,
pero nadie abandona las trincheras.
Mi olfato se agudiza,
y tu perfume no se aprisiona en mis sábanas.

Indiferentes miradas,
como calibres a punto de disparar,
con el dedo en el gatillo, 
sin saber si está cargada.

Por ahora, empachados de silencio
Sé que si me muevo
me abrigarán de avaricia,
asaltandome a preguntas encarnizadas.

De puntillas se asoma,
el deseo de ser amada,
sin ningún amado que me comprenda.
La libertad de la ignorancia lo llaman.

Vivimos para los demás,
sin darles del todo nuestra persona,
y la precaución me protegerá,
sí de la muerte... pero también de la vida.

Es simple.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Di algo...



Di algo, porque me estoy abandonando. Llevo tiempo salvándome a mí misma, pero ahora necesito tu abrazo para sostenerme. No me importa tragarme el orgullo, con tal de seguir luchando. Seguiré abrazándome a mí misma cuando el frío husmee por la mirilla de mis miedos. ¿Donde está la calidez de tu presencia? Sé donde se encuentra cada escalón con el que te tropiezas, aunque no haya estado presente. Es que tus ojos me relatan cada lágrima oculta, que pude compartir contigo. Pero no lo hice. Y ahora, te he encontrado en un presente tan desordenado, que temo perderte en mi interior. Quiero que me mires, y los dos podamos sentirnos abrigados. Ultimamente todo se ha vuelto tan delicado, parece que se romperá en cualquier momento, y yo me siento tan diminuta, que temo perder aquello que nunca me ha pertenecido. Siento si alguna vez te hice confundir de sentido en el camino a casa; nunca fue intencionado. Pero sé que me comprenderás... en cierto modo, lo siento. Y no existe nada que me haga estremecerme más que dejar de conocerme a mí misma a través de tus ojos. Estoy aprendiendo a amar aún... Di algo, porque el abismo se está aproximando.

viernes, 31 de octubre de 2014

Encontré tus ojos


Entonces me encontré con tus ojos, y comprendí de pronto, que no pueden existir tantas sombras si no hay luz que ilumine el reflejo de nuestros sueños. Quizás tus ojos estén llorosos, pero guardan la belleza de un ángel desterrado. Dicen del infierno, que el diablo no es un monstruo con cola y cuernos, porque fue uno de los guerreros más hermosos, que se dejó llevar por el amor más puro. Y me descubro imaginándome, contigo bajo el techo de la tierra, y pensando una vez más, que total, la tierra también fue el infierno del cielo. Pero sé que a través de tu mirada no puedo perder nada celestial. ¿Qué sería de nuestra vida si no pudiesemos avivar un poco el dolor para sentirnos humanos?

Encontré tus ojos, y pude ver cada pedazo de mi alma reproducido en tus pupilas. Como un viejo recuerdo al que puedes llamar hogar. Sonreíste, pero yo no puede ver nunca más hallá de tus ojos. En ocasiones no es la belleza de las personas lo que nos deslumbra, sino lo que guardan en la forma natural de sus pestañas. Parecía que almacenabas mis latidos cuidadosamente, con miedo de hacerme daño. Comprendí que no podrías haberlo echo aunque hubieses querido, porque en la inconsciencia de la melodía más profunda de mi alma, ya no me hubiese importado morir por aquel mismo destello, porque no existe una belleza más definida y precisa, que la de la felicidad de tu mirada en mi pequeña existencia.

lunes, 27 de octubre de 2014

Encantada de desconocerte


Nos sonreimos por compromiso mientras las casualidades se reían en nuestra cara. De mientras, el silencio se ahuecó entre nosotros con su incomodidad tan presente. Te observé en los reflejos de la ignorancia, bajo la atenta mirada de un amor seco por el tiempo, no era el mío. Ni siquiera estoy segura de si eras consciente de ello. 

Tu rostro esbozó mi conciencia en un pestañeo, y quise quedarme dormida por siempre. Allí, a tu lado; al lado de un desconocido que creí conocer de pronto. Deseé con todas mis fuerzas descubrirte tejiendo deseo, y la mitad de una sonrisa triste. Fue el viaje más largo de un suspiro.

Quise encontrar una palabra, y se me olvidó el abecedario entero. Achaqué mi suerte al destino, pero estabas ahí, tan cerca y tal lejos... De pronto, mis mejillas decidieron teñirse de rojo, pero el sol disfrazó mi tímida esperanza de rozar tu mano. Y me enturbié en los sueños, los que esperé que fueran tuyos.

Pero de pronto me tocó parar. Me tocó respirar. Me tocó sonreirte de nuevo, con el corazón desbocado en la garganta. Me tocó tartamudear un poco. Me tocó dejarte atrás. Y me tocó dejarte a tu suerte, colocado en las falsas excusas del olvido.

Espero verte de nuevo.

domingo, 26 de octubre de 2014

Abre mi lengua

Hay cosas que escribo, para no leerlos de nuevo. Como una forma de capitular sentimientos y dejarlos atrás, esperando a que alguien abra el libro y se adentre en mí. Porque no tienen ningún sentido si no las lee nadie más.

A menudo pienso que no soy mucho más de lo que otros pueden percivir en mí. Un montón de sueños acumulados en la esquina de mi habitación, y unos pocos gritos de socorro bajo las sábanas, cuando aún no han terminado de convertise en gemidos.

Llega un momento en la vida, en el que comprendes que no tienes donde guardar esa luna que tantos te prometieron bajar. No sé. Supongo que no estoy echa para ser la musa de nadie, sino para reflejar en mí, la erótica versión hermosa de la belleza que han encontrado en otras personas. Algo así como un espejo que se apaga si no existen ojos que se contemplen a sí mismos.

Invertí tiempo y dolor, en ser encontrada entre el desconocimiento. Pero ese no es mi lugar. Debo de dejar de engañarme porque sé perfectamente que nada queda predeterminado eternamente. No es tan mala vida ¿Sabes? Quizás un poco cansina, pero mala no. Una vida que te hace comprender que la felicidad no vale nada, si no es compartida.

sábado, 25 de octubre de 2014

Nada como nosotros



¿Alguna vez te has sentido tendida sobre un vacío imperturbable? Colgada de personas que solo son conscientes de ti por el peso que les toca arrastrar. Pero en realidad, adoran ese peso porque provoca que no puedan salir volando. La libertad no se trata solo de sonrisas sonoras.

Es horrible sentirse así. Ni en el suelo, ni levantada. Sin saber donde agarrarte, pero sosteniéndote sin ayuda. Caminas sin estar segura de si estás dando vueltas. Parecido a ocultar verdades con una mentira, pero no negarla. Cuando gritas quieres callar, y cuando callas necesitas liberar gritos de angustia. Como estar soñando en la vida real, y no querer despertar nunca.

Una vez más caes en lo mismo, pero ninguna de las veces de la misma manera. Creo que sería más fácil encontrar el dolor si no tuviésemos tanto miedo de mirar a los ojos a quien amamos. A veces nos embriagamos de quienes somos, hasta el punto de no poder distinguir entre la borrachera y la resaca, y necesitamos que alguien nos susurre cuando está amaneciendo para irnos a dormir de nuevo. Para poder despertar después.

En el fondo es inevitable, hacer daño a quienes más queremos, y la gran diferencia reside en hacerlo por nosotros, o por los demás. Porque los demás no decidieron quedarse, pero un nosotros no se ha ido nunca.

jueves, 23 de octubre de 2014

miércoles, 22 de octubre de 2014

Sabia ignorancia


Mi cuerpo ruge, con el eco intenso de una guitarra desafinada en la radio polvorienta. Afilo las armas para mi próxima batalla, puedo divisar como se acerca hacia mí en el horizonte. Calculo cuanto tiempo me desviará del dolor de mí misma, pero no me salen las cuentas. Nunca suelen cuadrar de todos modos.

Siento como la rabia se va acumulando en mis entrañas, nutriéndose por una preocupación oculta bajo el orgullo. No existe camino correcto. No hay respuestas que no nos redirijan al surgimiento de nuevas preguntas. Ni malo ni bueno, ni lleno ni vacío, ni nuestro ni suyo. Todo es un mundo que nadie puede descifrar en su totalidad. ¿Cual es la finalidad de esta batalla? preguntas confundido. Pero te estás equivocando, la pregunta concreta es ¿Por qué lucho?

Parece que solo podemos protegernos a nosotros mismos acabando con los demás. Pero hemos olvidado que el echo de que no exista peligro no es sinónimo de que prevalezca una paz imperiosa y eterna. No podemos alejarnos de aquello que nos causa daño si no lo aceptamos en nuestro interior primero. Es complicado dejar que forme parte de nosotros aquello que odiamos, pero es la única forma de avanzar.

A la hora de enfrentarse a la verdad, todos somos iguales. Esto te va a doler, y lo sabes. Va a llegar de todos modos, así que intenta mantener la calma, porque no puedes evitar que llueva, pero sí mojarte o no. Supongo que podemos estar esperando eternamente, pero nosotros mismos decidimos en qué invertir esa espera.

Los ruidos aún se mantienen lejanos, tardará en tropezarse con nuestra presencia. Sonrío, en medio de estos turbulentos sentimientos, porque al final he comprendido que llorar no sirve para nada más que para alargar la angustia. Para encontrar una forma de aliviar la muerte, sin pretender que soy inmune a ella. Y de pronto, ha cambiado la melodía.

martes, 21 de octubre de 2014

Sumergida, no hundida

Me encanta sumergirme en el agua. No nadar, solo sumergirme y quedarme tendida. Adoro esa sensación de paz al sentir que el mundo está tan lejos. Me gusta como las pequeñas olas de agua acarician mi cuerpo, y como todo se armoniza al dejarme llevar con ellos. Soy capaz de quedarme quieta, sin subir ni bajar mucho tiempo, como si estuviese colgada en el aire. Es como adentrarte en un mundo en el que no hay gritos, ni peleas, ni lágrimas... donde todo va a cámara lenta y sin prisa. Sí, creo que la prisa solo nos hace más desgraciados; no nos permite divisar la belleza del mundo de nuestro al rededor.

Pero cuando estoy bajo el agua, no me queda otro remedio que detenerme y sentir. Esperar el momento apropiado en el que tendré que respirar, para apreciar las diferencias entre los dos mundos. Y allí, quieta, puedo apreciar la belleza del mundo, entre burbujas y un suelo pintado de azul. Como el cielo. Todo se oye en un zumbido lejano, y nada se acerca. Estoy fuera de peligro. Y solo quedo yo. Yo. Y lo mejor es, que aunque quisiera, no puedo compartirme con nadie más de ningún mundo.

lunes, 20 de octubre de 2014

Hoy me he visto



Hoy me he visto. No he percivido la forma de mi cabello, ni mis labios agrietados, tampoco el olor de mi nuevo pañuelo, ni mis pupilas esbozadas de negro. Me he visto a través de mis ojos, he podido escuchar mi voz interior, sin ser silenciado por mis latidos. Y me he horrorizado.

Me he convertido en quien nunca quise ser. Creo que soy consciente de ello porque en un aliento de luz he podido sostenerme lejos de mí misma y ahora, no puedo liberarme de ese sentimiento de culpa y de desprecio por alguien que se ha mudado en mi interior. No soy yo. Pero a la vez, es la esencia de mí misma. Quizás odie tanto quien soy ahora, porque sabía que en el fondo era yo. El odio a mí misma me hace odiar a las personas en las que se refleja mi persona.

Supongo que para ser tolerante con el mundo debemos aprender a serlo primero con nosotros mismos, y sin embargo resulta tan complicado cuando no puedes venderte a ti mismo por tu silencio... ¿Como es posible que haya cambiado tanto en tan poco tiempo y no haya sido consciente de ello?

He hecho todo aquello que siempre juré evitar hacer, aunque ahora que lo pienso, también formaban parte de mí mis miedos. Es estúpido pensar que soy solo un laberinto sin sombras. Quizás al final, lo que siento no es odio hacia misma, sino miedo a lo que pueda provocar si libero a mi persona. Si me libero a mí misma.

Porque hoy me he visto, y me he sentido abrumada.