lunes, 20 de octubre de 2014

Hoy me he visto



Hoy me he visto. No he percivido la forma de mi cabello, ni mis labios agrietados, tampoco el olor de mi nuevo pañuelo, ni mis pupilas esbozadas de negro. Me he visto a través de mis ojos, he podido escuchar mi voz interior, sin ser silenciado por mis latidos. Y me he horrorizado.

Me he convertido en quien nunca quise ser. Creo que soy consciente de ello porque en un aliento de luz he podido sostenerme lejos de mí misma y ahora, no puedo liberarme de ese sentimiento de culpa y de desprecio por alguien que se ha mudado en mi interior. No soy yo. Pero a la vez, es la esencia de mí misma. Quizás odie tanto quien soy ahora, porque sabía que en el fondo era yo. El odio a mí misma me hace odiar a las personas en las que se refleja mi persona.

Supongo que para ser tolerante con el mundo debemos aprender a serlo primero con nosotros mismos, y sin embargo resulta tan complicado cuando no puedes venderte a ti mismo por tu silencio... ¿Como es posible que haya cambiado tanto en tan poco tiempo y no haya sido consciente de ello?

He hecho todo aquello que siempre juré evitar hacer, aunque ahora que lo pienso, también formaban parte de mí mis miedos. Es estúpido pensar que soy solo un laberinto sin sombras. Quizás al final, lo que siento no es odio hacia misma, sino miedo a lo que pueda provocar si libero a mi persona. Si me libero a mí misma.

Porque hoy me he visto, y me he sentido abrumada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario