sábado, 26 de agosto de 2017

Esto no es mi carta de despedida, es mi carta de abandono. Estoy cansada de luchar por algo que no cambia. Me aterroriza volver a dejarme apresar por mi cama, pero la esperanza ahora sabe a un millón de palabras que no encuentran su lugar. Quiero dejar de intentarlo con tantas fuerzas. Siempre fui yo la que tenía la cabeza bien alta, y ahora todos se aterrorizan porque soy yo quien ya no puede más. Todas las razones que me empujaron a dar un paso más ahora se revuelven incómodas en el vacío de los placeres que nunca pude disfrutar. Permíteme rendirme. No quiero saber si lo que hago es correcto o no, solo quiero guardar silencio y dejar de buscar teorías que no me lleven a ningún lugar. Ya basta de tratar de subir a todos los trenes que encuentro por el miedo aperderme la estación que deje de llamarse otoño. Estoy agotada. Llevo años empujándome hacia delante y todo sigue exactamente igual. Déjame rendirme, ya no quiero luchar más.