martes, 30 de septiembre de 2014

Perdimos la cuenta

Había un chico. Había una chica. Y ya perdimos la cuenta de todo. Quizás estamos pagando por la bondad de nuestra vida pasada. Pero ¿tú estabas allí? No te recuerdo.

Estamos embriagados de belleza y de sueños corruptos. Nadie desea más que su propia felicidad en secreto. Y sólo podemos alcanzarla cuando me haces prosperar en mi propio narcicismo. Cuestión de suerte supongo.

Nos recomponemos como la nueva partida de un antiguo videojuego. Matando enemigos que solo tienen forma en nuestros miedos. Y aún y todo, todos rezan y piden auxilio para no ahogarse en sí mismos. No creas que te daré el poder de matarte, te necesito para algo más que eso.

Porque me ahogas como nadie lo ha hecho, y creo que merezco el honor de dibujar mi indiferencia en tu pálida piel. Sé que nunca querrás matarme a bandazos de borrachera y gritos. Lo transmites a través de tus ojos de cristal. Ojalá no fuese mi propio reflejo lo que muestran... aunque comienzo a sospecharlo.

¿Será dulce la venganza contra uno mismo?

lunes, 29 de septiembre de 2014

Y ella.

Olor a café, la puerta abierta y una imagen deslumbrante que me abruma. Puedo sentir como sus piernas desnudas me dejan sin habla, sin apenas respiración. Es cerrar los ojos y verla. Tumbada en la cama. Haciéndose una armadura tan solo con su tanga morado que me hace perder la cabeza y todos los sentidos de pasada.

Rastros de gemidos que quedan esparcidos por la habitación, pero no los suficientes, creo que puedo hacer hueco aún para unos cuantos más. Quítate la camiseta y déjame impregnar tu piel con mi sudor, mientras mi lengua atrapa cada uno de tus suspiros acelerados.

Me obsequia con esa mirada tan suya, que me hace ver lo que deseo, pero no del todo, y sé lo que transluce su sonrisa picante, "deseo que me quites la ropa, me empujes contra tu cama desecha y me hagas el amor como nunca antes. Hazme lo que quieras, pero solo a mí". Regalamos gritos de celebración por nuestra breve libertad sin envoltorio.

Y ella.
Preciosa.
Como siempre.
Susurra despacio en mi oreja: 
"Mejor el infierno entre tus piernas que un cielo sin ti"

domingo, 28 de septiembre de 2014

Lo recuerdo bien



Lo recuerdo bien; ayer, amarrada a la barra del bar porque es lo único que me sostiene tras ser consciente de que tu olor me daba arcadas. Ya no puedo quererte más.

Dicen que para sentirse vivo hay que morir un poco. Pero no es cuestión de sacrificio ni dolor, el problema es que no sé si quiero ser feliz a tu lado después de haber arrasado con toda tu indiferencia. No lo sé. Quizás solo sea capaz de amar almas muertas.

Esta vez el alcohol no me deja justificarme como persona. Solo puedo colocarme entre astutas mentiras y palabras clasificadas. Tú te encuentras allí, a mi lado pero a la vez tan lejos. No quiero sentirte aquí, pero tampoco puedo echarte por quererme, o eso pienso.

Es la guerra entre lo que siento y lo que pienso lo que me hace perder la cabeza a ostias, o puede que algo más; perder mi corazón.

Lo recuerdo bien.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Orugas con alas


Hay momentos en la vida, en los que nos sentimos al borde de la muerte porque tememos ser aplastados por el peso de nuestros sentimientos. Instantes en los que vislumbramos el brillo de la oscuridad parpadeante por su propio atractivo, más que por el propio reflejo de la luz. Pero en estos aparentemente eternos inviernos, debemos acordarnos de esa oruga. Porque cuando una oruga cree vivir la muerte de su corta vida, se topa con la bella realidad, de que su sufrimiento da paso a una resplandeciente mariposa repleta de hermosura.

jueves, 25 de septiembre de 2014

Polvos sin destinatario


Miércoles. 23:35. Soledad. Me escabullo de los pestañeos suicidas del sueño. Húmedas mis mejillas, mis bragas. Como si correrme consolara un poco el vacío. Pero no busco a ningún cabrón de turno que prenda mis sonrisas con un cigarro. Puedo hacerlo yo sola, consumiendo el bullicio en silencios incómodos. Aferrándome salvaje a una espalda sin rostro y dejarla tatuada de mis arañazos. Nunca eternamente. Como un mendigo por placer propio, o una prostituta que no pide propinas. 

Sí. Es cierto. El cuento de hadas es para mí una historia de terror. El silencio no folla bien, pero al menos lo hace, y mi piel sudada arrastra las sábanas, porque sabe que no tendré que sentenciar nada. Este desorden es tan mío... no el de mi cuarto, sino el de mi cabeza. Ya no quedan más cervezas en la nevera, ni carne que palpar, y la palabra amar suena demasiado extraña en mi lengua seca. Así que cerraré los ojos esperando a que me engulla la noche, ya que no deseo estar así, pero tampoco de ninguna otra manera. Aunque ahora sé que nadie muere de una ostia con el corazón roto. Porque yo soy así, la misma vieja canción rayada; lo mejor de lo peor.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Miedo a las alturas

Y hoy he olido,
tu aliento entre mi indiferencia.
Y me he roto,
porque la verdad sólo hace acto de presencia
a ostias.

Se ausenta de mis manos tu sonrisa,
aunque siempre estuvieron vacías.
porque siempre te quise libre,
pero nunca imaginé que volaríamos tan alto.
Y de pronto,
siento miedo a las alturas de la distancia.

El problema no es no encontrar respuesta,
sino no recordar ninguna pregunta.
Veo tus pequeñas manías asomarse en esta luna.
Es curioso,
siempre imaginé que no los recordaría.
Y ha sido al revés.

Quizás te parezca excesivo,
el tamborileo de mis dedos
sobre tu conciencia.
Aunque no te austarás.
Nunca lo has hecho;
es un dolor de correspondencia.

Y ahora te confieso,
que te echaré de menos.
Aunque aún no sé donde acaba tu sonrisa
y empieza la mía.
Pero sobre todo,
que nunca mé he sentido más orgullosa.

Porque espero que nunca seas mía.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Paseos hacia ningún lugar

Mi corazón palpita deprisa. No siento mis piernas, y por un instante, llego a creer que vuelo sobre mis miedos. Las gotas de lluvia estampan la camiseta contra mi piel desnuda. Hace frío, pero por la carrera apenas siento el tembleque de mis manos. Siento la adrenalina inundarme los oidos. Sola, junto a todos.


¿Qué estoy haciendo? Creo que se llama sonrisa. No estoy muy segura. La respiración se enturbia y vuelve el atardecer oscuro. Me pregunto de qué estoy huyendo, aunque quizás, es solo que busco algo. Aún no he descubierto lo que es.

Soy adicta a estos gritos desinflados, al dolor de una buena patada en la sien. Me ayudan a no pensar, a seguir mis instintos internos como un animal que busca carne fresca. Llevo mucho tiempo viviendo, sin querer plasmar ante mis narices las ostias que arrastra cada café nocturno. Y ahora que lo ignoro, el mismo pensamiento me persigue.

Pero ahora no. Ahora solo escucho mi agitada respiración. Esto es tan absurdo que incluso parece bello. Pero no durará mucho. Siento que me está atrapando, y quizás, ya no tenga nunca más libertad para correr bajo la lluvia de mis dementes sueños.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Manos sin rostro


Muchas noches, antes de dormir sueño que alguien me abraza. Que cierra los ojos y se desliza por las rendijas del cansancio mientras siente los latidos de mi corazón sobre su pecho. Siempre hay un profundo silencio, asaltado solo por nuestra respiración y el revoloteo expontáneo de las sábanas.

La habitación sucumbe a una paz que solo parece real alumbrada por las faronas de la calle. Me gustaría que mi almuhada manara un olor que no es mío, y encontrar sobre el suelo matutino camisas que mi borrachera no ha desgarrado.

Aunque odie admitir que en ocasiones necesito ser necesitada, lo cierto es que esta vez, no es la imágen la que me conmueve, sino el sentimiento. He olvidado hace tiempo lo que es sentirse como en casa tras una mirada. Lo echo de menos. La verdad es, que ni siquiera es necesario que conozca a la persona.

No lo sé. Solo deseo tener a alguien con que hablar hasta las tres de la madrugada, cuando caiga dormida entre palabras de sentimientos citados y puntos de comprensión, y mecerme contra su piel, mientras me siento protegida. Y un montón de chorradas más que serían mías.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Game over



Nunca fui comletamente libre, pero al menos era solo presa de mí misma, de nadie más. Y ahora apareces tú, irrumpiendo en mi vida sin llamar a la puerta y creyéndote dueño de todos mis reinos y ruinas.

¿Quién te crees que eres? Estar enamorado no te da ningún derecho a arrasar con todo. Has perdido esta partida; ya no queda final ni salida. No estás acostumbrado a perder, pero hay cosas en la vida que no dependen de una fórmula mágica. No puedes perder lo que nunca te pertenecerá.

Insultarme quizás te sirva para hacerme daño y darme cuenta de quién eres, pero nunca para rebajarme hasta caer a tus pies. En el amor, lo vale todo, aunque ¿estás seguro de que es eso lo que sientes si solo tratas de expandir tu rabia por no tenerme?

Te he gritado mis pensamientos, aunque sé que no los entenderías en ningún idioma. No quieres hacerlo. Lo agria que le resulta la derrota a quien no puede aprender de ella. Me intentas arrebatar la libertad que me concede tu desconocimiento. Pero no lo conseguirás. Porque nada resultará lo suficientemente grande para comprarme.

Te estoy echando. No vuelvas más.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Derrapando por nuestros miedos


Tus lágrimas se han roto en pedacitos de cristales que te hacen pequeños cicatrices en las mejillas. Parpadeas ante la carretera nocturna del desconocimiento, sorprendida por tus sentimientos. Parece que tu corazón ha tomado vida propia.

Muchos cambios acentúan tu vida, pero nunca podrás terminar un párrafo si no te cambias primero a ti misma. Te aferras a tu pasado como lo haces al volante del coche. Tenemos que hacer lo que nos asusta para conocernos a nosotros mismos, como olvidar el mapa del camino a casa.

Es fácil arrancar y huir, lo difícil es saber a dónde irás. Nadie más se podrá detener en los semáforos de nuestro destino. ¿Te has dado cuenta de que el destino hay que ir a buscarlo? (y sin GPS)

Te da miedo descubrir que eres buena, porque sabes que ya no tendrás ninguna excusa para cambiar las marchas y enfrentarte sin frenos a la vida. Eres cobarde, porque nunca has querido salir de la imagen del retrovisor. En el fondo sabes que no estás en un callejón sin salida.

Ojalá no te disculpases más con los stop que parecen eternos, o las rotondas sin salida. Tendrás que conducir sí o sí. Tú decides por qué carril hacerlo. Y recuerda, que dar marcha atrás podría acabar con tu voz y hacerte olvidar como arrancar de nuevo. Pero también pararte en seco lo provocará.

¿No crees que es un buen momento para comenzar a conducir tu vida sin basarte en el carnet de salida?

Fantasmas

Un día vi a un fantasma.
Un fantasma que se podía tocar,
que se podía oler.
Una muerta viviente,
o muerta en vida.
Perfilaba con sus ojos la emoción
de sentirse perdida.

Ni siquiera sé como se llamaba,
pero quedó anclada en mi memoria.
El cigarrillo en la mano para quemar
todos sus recuerdos,
botas altas que desfilaban entre
lo que fue y lo que quería ser.
La belleza inconfundible de una persona rota.

Me pregunté cuanto tiempo llevaba sentada
en la carretera.
Si sus costillas habían encarcelado
del todo su corazón.
Si bajaba la mirada cuando discutía,
o si al contrario, prendía los silencios 
para no sentirse sola.

Quise saber si alguna vez dejó 
que la lluvia arropase su tristeza,
o si alguna mente ebria 
se la había follado 
creyéndose su propia pesadilla.

Quizás se estrelló 
antes de empezar a volar.
O puede que estuviese cansada
de no pisar la tierra nunca.
Y allí consumía sus ideas
bajo la luz cambiante de los semáforos.
Fundiéndolos por su semejanza
con sus sentimientos,
que no tenían cabida en su interior.

Gritos de socorro sucumbían a su agitada respiración.
Aunque no parecía importarle mucho
abandonarse a su suerte en el frío nocturno.
Parecía incluso cómoda allí sentada.
Qué irónico; un dolor reconfortante.
O quizás, supiese algo que nadie más de los allí presentes 
sabía.

Pero sobre todas estas preguntas,
debo admitir que via un fantasma,
lo supe porque en sus ojos,
pude verme a mí misma.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Adelante. Siempre adelante.

Puedes romperme del todo si quieres. Esta vez no me iré. Sé que soy lo suficientemente fuerte para resistir tus golpes. Mis manos tiemblan de nuevo impacentándome por un amanecer. Pero no me siento triste, ni enfadada, ni sola... Todo ha cambiado ahora, aunque las lágrimas sigan surcando mis mejillas.


Me encuentro de pie ante una nueva entrada, pensando en el pasado que me ha dado la llave para abrirla. Y al fin lo siento; estoy muy orgullosa de mí misma. He llegado hasta aquí, construyéndome con demasiadas ruinas de "no puedo hacerlo". Hondeo la bandera de mi existencia con valentía y seguridad.

El tiempo y el amor lo pueden curar absolutamente todo. Y ahora, puedo volver a escuchar aquella canción que desteñía mis ojos y sentir una dulce nostalgia que termina con un "lo hice, lo conseguí". Siento en mi cuerpo un escalofrío electrizante al darme cuenta de que estoy viva, y sobre todo, de que merezco ser feliz.

Llevaré las huellas de mi guerra toda mi vida... pero me han convertido en una invencible luchadora. Me he arrastrado durante años, haciéndome creer que todo sería mejor si me detenía. Pero el amor, no me dejó cerrar los ojos nunca. Y juro que todo, absolutamente todo ha merecido la pena por este momento.

Porque ahora me encuentro aquí. Luchando por unos sueños que no pensé que necesitaría perseguir, siendo "yo" y queriéndome por ello, liberándome de mis errores y aprendiendo de ellos, enfrentándome a la vida y sintiéndome querida y apreciada como nunca.

No prometo mantenerme siempre arriba. Debo caer para aprender, porque esta lucha no terminará nunca. ¿Me ves? Estoy aquí, con una sonrisa de oreja a oreja que ahuyenta todos mis miedos. Quiero ser sincera conmigo misma, contigo al lado para que puedas descubrir la fuerte mujer en la que me he convertido.

Y a pesar de todo, puedo sobrevivir. Sé que no existirá golpe lo suficientemente fuerte que pueda derrumbarme para siempre; lo he visto con mis propios ojos, lo he sentido con mi propio corazón.

Y aquí, en frente de todos, digo en alto que "lo he conseguido" y esta increible voz, mi voz, no vacila ni siquiera un poco.


miércoles, 3 de septiembre de 2014

Cierra los ojos



Las lágrimas poco a poco van resquebrajando mi interior, calándose entre mis grietas. Me siento sola... pero miro a mi lado y te encuentro durmiendo. Y doy gracias, porque esta oscuridad es demasiado intensa para que puedas ver mi rostro.

No me digas que valgo tanto, cuando ni siquiera has querido ver el precio a pagar. Deseo tanto tu presencia esta noche... ojalá pudiésemos estar en otro lugar ahora, donde yo pudiese escapar de mis fantasmas y tú no tuvieses que estar velando por mi dolor, cuando tú ni siquiera puedes con el tuyo.

Puedo ver una luz a través de tu mirada, que no sé como, me hace sentirme como en casa. Pero tengo tanto miedo de hacerte daño... porque pudro todo lo que toco, y me odiaría más que a nadie si lo hiciese contigo.

Y esta noche, al menos esta noche, la cama resulta demasiado pequeña, pero cuando te vayas será enorme. Sé que puedo dormir tranquila en estas pequeñas horas de la madrugada, porque al menos en este instante, puedes alejar todas mis pesadillas sin despertarme siquiera.

martes, 2 de septiembre de 2014

"Las personas apropiadas son las que te hacen feliz"




Me siento un poco cuerda en tu locura.
Apuntando para disparar directo al paraiso,
dejamos ciega a la realidad.
Pensé que estaba oscuro en el interior,
cuando conoces los secretos de la fealdad.

Desde el comienzo supimos el final.
"vitoreando en golpes de guitarras desafinadas"
Tú sabes de lo que hablo,
hasta que me invites a la última copa.

Ecos que guillotinan nuestro punto de encuentro
saben que no nos rozarán nunca.
Esa canción te recuerda a mí,
dale al play una vez más antes de degradarnos.

Sabes qué es lo que busco, pero dime
¿qué valor tiene esta vez?
Todo el mundo nos ve pero nadie desea mirarnos.
Si quieres, puedes contarme a qué hora cierra tu corazón...

"Las personas apropiadas son las que te hacen feliz"

Y quizás por eso, sólo deseo colocarme de tus mentiras.

lunes, 1 de septiembre de 2014

No puedes volar si no sales del nido


Todos necesitamos volar cuando estamos mil metros bajo tierra. Deseamos que la vida sea extraordinaria sentados en el sofá mientras vemos programas basura un domingo por la tarde. Es fácil imaginar que ganamos sin perder nada, pero nadie puede ser a la vez fuego y agua. ¿Nunca te dijeron que para construir primero debemos derrumbar?

La vida funciona como un trueque; el oro debe pagarse con oro. No podemos llegar a un destino diferente si siempre recorremos el mismo camino. Pero la rutina es un pozo cómodo, engañándonos a nosotros mismos en su oscuridad al columpiar nuestros sueños en destellos de mentes ilusas. Tenemos esa horrible manía de olvidar que existen miles de realidades diferentes.

Y entonces ocurre, que alguien decide perder la cabeza y perseguir sus sueños. Encuentra la felicidad entre el desprecio de las personas que no quieren comprender nada. Descubrimos la belleza de la vida en ella, destacando sobre tantas almas muertas. Y confundidos nos preguntamos... ¿y si ese fuese yo? ¿tan malo sería?