viernes, 31 de enero de 2014

Tocada y hundida


Los números aprietan cada vez más mis muñecas, dejando el rastro de su tinta negra sobre mi piel. Me atormentan, me cautivan, me persiguen, me matan. Esta soy yo de nuevo; ese rostro sin nombre que intenta lidiar con la idea de ser ella misma.

Trato de capturar una luz, pero tan solo encuentro reflejos de ella sobre espejos rotos, y cuando alzo la mano para alcanzarlo, se rompen en mil pedazos. Es como ahogarse en un vaso vacío. Soy un peón. Una forma vacía que se transforma y que se adapta a las formas correctas para vivir una vida que nunca me ha pertenecido. Puedo ser quien quiera, pero soy tan estúpida que he elegido ser yo misma.

Mis palabras no encuentran refugio, y hace mucho frío en mi interior como para permitir que se queden hondeando en mi sucia sangre. El amor nunca resulta suficiente para mí. Aún no comprendo porqué.

Las lágrimas envenenan mi mirada. Pero ya no importa. No pueden ver nada. El dolor desgarra el cielo de mis sonrisas, aunque ya ni siquiera me importa. Lo que más miedo me da es que ya no deseo ser ayudada, no deseo ser rescatada. Un malicioso ser de mi interior (sospecho que se trata de mi "yo" auténtico) me seduce con ideas de las que cualquier ser racional huiría. Pero yo no soy así.

Tocada y hundida. Pasemos a otra vida.

jueves, 30 de enero de 2014


Nunca olvides que todos tenemos el derecho de ser quienes somos, y de vivir en libertad de nuestra propia mente.

domingo, 26 de enero de 2014

Sé quien eres, no quien deberías ser.

Me ajusto el vestido de nuevo en este sucio baño. Mis tacones hacen un ruido seco sobre las baldosas, provocando que el vacío mental que debo aparentar parezca mucho más hondo y sencillo. Lucho contra mi pelo revuelto porque al fin y al cabo, es lo que debe hacer una señorita.

Voy a romper el puñetero espejo y amenazar con sus pedazos a las muñequitas estereotipadas. Cuando llegue a casa embriagaré mi roto corazón con whiskey barato y me sentaré a beber sola, escapando de la mirada de la insensatez. ¿Por qué resulta tan jodidamente malo ser humano?

"¿Qué has hecho? ¿Te parece apropiado comportarte así? ¡Yo no te crié para esto! Así que arréglate ese maquillaje y no me hagas quedar como una mala madre, porque sabes perfectamente que una mujer decente no se comporta de ese modo. No puedes echarle en cara que te ha roto el corazón."

Odio a mi madre. No quiero ser una estúpida señorita. Deseo ir a la casa de él y escupir en los cristales, hacerle pintadas en las paredes y gritar todo lo que hizo mal hasta que llame a la policía y me detengan por demente. El que se ha comportado como un auténtico cerdo es él. Y yo no estoy dispuesta a reprimirme en el papel de perfecta ama de casa. Ha sido un capullo, y pienso demostrárselo

"¡No hagas que me avergüence de ti señorita!"

¿Sabes que mamá? Es demasiado tarde. Tan solo deseo ser persona, y mi condición de mujer no me lo permite. ¿Ser sexualmente abierta es mi único camino hacia la libertad? Me cortaré el pelo yo misma y echaré todo mi maquillaje por la ventana. Estoy harta de ser juzgada siempre por mi imagen. Pelo largo, vestido ajustado, tacones, maquillaje polvoriento, medias alineadas.... ¿Para qué? ¿Para que ellos disfruten del placer de contemplarme? Yo solo quiero sacarles los ojos.

Lo único que quiero ser es humana. Y no estar en este sucio baño pensando como rasgar sus pensamientos con mis estúpidas uñas postizas. Así que si me permiten, no lloraré por una talla, no gastaré dinero en un estúpido pinta labios, no me vestiré nunca jamás para ellos, no callaré mis opiniones ni dejaré que apresen mis ideas, no por ellos, sino por mí. Por el propio placer de ser yo misma. Porque mamá, este roto corazón no es  el tuyo. Así que déjame ser una puta loca, porque ya acabé con mi buena reputación desde que decidí atañarme a la estúpida guía de ser la mujer perfecta.

sábado, 25 de enero de 2014

Soñando un presente. Viviendo un futuro.


El calor de la vela funde mi presencia con el tiempo, y me permite soñar con el pasado.  Cierro los ojos para ver con más nitidez todos los recuerdos del futuro. Como sometida por la belleza de una vida, mis lágrimas comienzan a asomarse por mis temores y me saludan con tranquilidad, aceptando la tranquila muerte que les depara. 

Experiencia, y tranquilidad, la base firme de la dulce melancolía, me cubre de sonrisas y la vejez de una alma, de una vida. Este es un instante, en el que mi presente es tan solo las sobras del pasado. Pero está bien. Me siento valiente. Con menos fuerza quizás, pero con mucho menos miedo también. Es como sentarse ante el universo, y esperar a que traspase tu cuerpo dejando diminutos impresos en tu alma.

Mis manos arrugadas cuentan los segundos que dejé escapar, y pido perdón, por todos esos instantes que volteé con consciente ignorancia. No soy perfecta, pero eso no me hace peor persona. Me hace real. Y eso es lo que importa.

Así que pauso mi mente un segundo para respirar. Oigo la melodía de una canción a lo lejos, y mi mente juguetea bordando llamadas perdidas que marcamos con escalofríos ¿Será esta la banda sonora de mi vida? Las vivencias se abren ante nuestros ojos mostrándonos como los pasos erróneos son a menudo los apropiados. Yo soy lo bueno y lo malo. Soy mis errores y mis aciertos. Soy los límites de mi propia libertad. Soy los reflejos de las personas a las que admiro. Todo me hace ser quién soy. 

No importa cuales son los límites del tiempo. Porque todo llega y se va sin avisar. Las esperanzas nitigan mis pérdidas y me hacen temblar. Pero este no es mi presente, no es mi pasado, se trata tan solo de un infame instante de un futuro que trato de redactar.

miércoles, 22 de enero de 2014

Compramos relojes, no sueños

A veces los sueños vienen arrastrados por el viento. Juegan alborotando tu pelo y plagándote de escalofríos que te hacen sonreír. Corren sobre el horizonte intentando alcanzarte y envolverte con una fría sacudida para pertenecer más al mundo real. Puedes ver como se acerca. Tus pies comienzan a temblar y la ansiedad alcanza cada resquicio de tu cuerpo para convertirlo en algo divino. Algo que no se puede ver, ni oler, ni tocar... tan solo se puede sentir.

Entonces corres. Corres como alma que lleva el diablo para sostenerlo en tus manos y hacer al mundo testigo de su paso por el mundo. Ni siquiera te planteas dejarlo a un lado porque necesitas poseer ese poder que por un instante te aleja de toda maldad. Sabes que valdrá la pena.Un respiro que compensará todos los latidos ahogados. 

El sueño te persigue, riéndose, esperando a que lo alcances antes de ir a jugar con otros niños. ¿Donde se encontrará el lápiz? Empaquetado en nuestros sentidos. Comienzas a temblar y unas emociones profundas empujan tu pecho. Como si el alma quisiese escapar de tu apresador cuerpo. Te cuesta respirar, y la adrenalina apenas te deja pensar o razonar. Es como un vuelo que parece no descender jamás.


Puedes sentir como te atraviesa. ¿Lo has alcanzado? Casi. Casi. Casi. Entonces alargas tu mano y tratas de impregnar el papel con esbozos de dragones dormidos. Desprende más vida que muchos de los seres de esta tierra. A veces lo alcanzas. A veces no. Y otras veces, consigues agarrarlo y arrastrarlo hacia atrás para que vuelva a ti. Solo que en esta ocasión, vuelve pero al revés... de modo que todo sale de fin a principio. 

Pero está ahí. Esperando a ser alcanzado. Y si no lo haces tú, si lo dejas pasar una vez más, tan solo buscará otro traductor que pueda plasmar su alma sobre miles de emociones olvidadizas. Atrapa momentos. Y es por ello que es tan escurridizo y sin embargo, valioso. Porque lo más valioso será lo que no podrás comprar jamás.

Abre tu mente sin temor a ser ensuciada, porque incluso los garabatos más horrendos, formarán parte de tu hermosa alma. Recuerda que tan una vida sin llantos, es una vida vacía, y que una vida sin risas, simplemente no se puede considerar vida.

sábado, 18 de enero de 2014

Soñar con la realidad



Los días pasan. 
 Sigo cerrando los ojos ante la luz, y abriéndolas en la oscuridad. 
Hago todo lo que puedo para mantener mi alma viva, pero no mantengo nada de lo que me da vida. 

Debería irme lejos de mi realidad para acercarme más a la verdad  de mí misma.
Nada de lo que escribo cobra sentido. Nada de lo que digo transmite el valor de mis pensamientos. 

El cielo es un lugar secreto en el que solo habitan sentimientos endemoniados; se dedican a negarse su propia realidad. 
¿Conoces esa sensación cuando sientes que el vacío ahoga tu corazón? La vida es un simple mecanismo de defensa que es guiado por reglas que nosotros mismos nos imponemos. 

Sigo sin comprender como saben con tanta seguridad que no están muertos. 

Me siento como Alicia; tan solo me encuentro a mí misma en la más demente locura. Me han dado alas, pero nadie desea verme volar, y mi falta de fuerzas me cose al suelo. 

Fui creada distinta, pero no terminaron de arreglarme, y ahora han dejado un enorme agujero oscuro en mi pecho. Como si se tratase de la madriguera del conejo. Aunque el mundo que esconde, es mucho más oscuro y perverso.

Sigo perdiéndome en mí misma.

Los días pasan.

sábado, 11 de enero de 2014

Aprobar no es aprender


El profesor levanta la barbilla mirándonos de pie, observando a los terribles leones que deberá domar con robada sabiduría. Unos cuantos siguen el juego con una sonrisa maliciosa, otros en cambio, bajamos la mirada, bajo la certeza de que es una lucha absurda. "¿Cual es la lección?" pregunta una voz rota. A lo que el profesor responde, "Mirar a través de mí, copiar cada inservible garabato y no sentir nada." Recuerda; nunca sientas nada.

Un día, la profesora más loca que he conocido en mi corta existencia, dijo ciertas verdades que quedaron grabadas en mi memoria: "No hay mayor logro para un profesor, que convertir a un alumno suyo más sabio que incluso él mismo." Pero desde que apreder se ha convertido en copiar, nadie desea oir, nadie desea mirar, nadie desea comprender, nadie desea pensar y nadie desea sentir. Tu nota de matemáticas siempre tendrá más valor que la cantidad de sonrisas que formas al día. Para un profesor, yo soy un 6 de media. Nada más.

Cuando abro los ojos, encuentro al profesor abrumado, mientras trata de luchar por vencer las lágrimas que estropean la pesada maquinaria de su automatizado cerebro. Sin embargo, la única manera de hacerlo es prendiéndole fuego. Y lo hace. Grita con todas sus fuerzas para someter a sus reclutas a una sabiduría de un solo pensamiento que a menudo, carece de lógica. Todo el mundo guarda silencio. Unos cuantos han decidido amordazar su cerebro. Otros han decidido guardar silencio sobre sus pensamientos, aparentando creerse palabras que nunca significaron nada.

"¿Porque no me tenéis respeto?" Se atreve a preguntar la estupidez que guardan sus ojos vacíos. Y la respuesta corta el aire como una cuhilla: "Porque no nos enseñará nada."

miércoles, 8 de enero de 2014

Traficar fantasías para poseer la felicidad


Ella cerró los ojos y soñó, con un paraiso de lágrimas evaporadas y sonrisas enmarcadas. Escapó al mundo de sus fantasías para abandonar las prisioneras mentiras. Voló como los pájaros que bailaban surfeando el viento encima suya y dejó que sus pies se congelaran al uhir del infierno de la profundidad de aquel lago solitario. Escribió unas pocas historias con sus lágrimas en la superficie y respiró el frío aire que le arrancó de cuajo toda la tristeza.

La paz estaba servida y hondeaba bajo su piel, al compás de esas alas que llevaban la cuenta de sus pérdidas. Al fin libre. Al fin viva. Flotando en el mismo punto en el que trataron de ahogarla sus propios pensamientos. Pero ahora, tan solo su corazón mandaba y nada podía detenerla. Porque así era ella, una valiente capitana de su existencia. Y de este modo, en su propio mundo derrumbó sus murallas, y alzó una bandera blanca para dejar de luchar contra sí misma.

La realidad resulta dura cuando se pierde difuminada por nuestro sufrimiento, pero quién ha dicho nunca que los sueños no son parte de nuestra realidad, y que pueden hacernos poseedores de una verdad que pertenece tan solo a nuestra felicidad.
El amor verdadero debería durar, como mínimo, toda la vida.

domingo, 5 de enero de 2014

Ya es tarde...


Ya es tarde. Puedo levantar la vista y descubrir que todas las estrellas han sido quemadas, como mi razón de ser. La oscuridad de la noche ha desteñido nuestras predicciones y las ha vestido de luto, para que asistan al entierro de nuestro amor petrificado. El difunto es el valioso sueño que abrazaba promesas ya podridas por nuestras discusiones. Pero yo tengo miedo. Porque sé que si enterramos algo tan nuestro, me hundiré yo también bajo la tierra húmeda por tus lágrimas. No puedo desprenderme de esta ilusión que dibujé con tus curvas y pinté con la sangre acelerada de nuestros corazones cuando sobraron todas las palabras. Me niego a saborear la agriedad que deja la distancia de quien un día me liberó de mi persona. Y vivir entre tantas pesadillas me conduce a necesitar cada vez más la droga de tu alma. Porque el amor no es un error. Nunca lo es, como tú te empeñaste en creer. Pero está todo oscuro. A mi lado no queda más que soledad. Y ya es tarde.

viernes, 3 de enero de 2014

Nacidos para morir


Su rostro cadavérico apareció desde mis más sombrías cenizas. Alargó la mano y arrancó mis mentiras envenenadas de golpe. Miró con sus ojos vacíos como los restos de decepción se esparcían por mi agrietado corazón. 

Iba vestida solo con una camiseta mía. Como cuando el día nos daba un respiro de la fría noche, y las sábanas impregnaban nuestra soledad compartida. Pero esta vez, el bello recuerdo volvió convertido en una terrible pesadilla.

Palpó su reloj y el tiempo se arrodilló a sus pies, rezando plegarias de salvación y misericordia. Sonrió con amargura, le agarró del cuello ahogando todos sus sueños realistas, y arañó toda su espalda intentando descubrir donde se encontraba el corazón que me había arrebatado. Comenzó a faltarme la respiración. Giró su cabeza apresada. Sopló miles de mariposas como cuchillas ensangrentadas. Caí contra la pared y se me puso encima, parecía una depredadora de almas vacías. Pensé que iba a matarme. Rogué que lo hiciera. Que me hiciese miles de pedacitos con las manos que con tanta timidez tomé una vez... deseaba regalarle mi muerte a cambio de toda la vida que me dio ella.

"Mátame" supliqué con dulzura. Cerró los ojos, y se apoyó en mí con suavidad. Como un ángel roto que había perdido la conciencia enredada en mi locura. Entonces escuché el más ensordecedor silencio del mundo; sus pulsaciones. Poco a poco, se incorporó de nuevo. Dejé de respirar, y observé sus ojos vacíos. La convertí en la terrible dama que custodiaba mis peores pesadillas. 

Me preparé para el fin. Dejé que todas mis heridas se abriesen para que su fantasmal presencia los resquebrajase u poco más. Pero ella, inclinó de pronto su rostro y me besó lentamente. Y así. Juntos. Dejamos que los temerosos monstruos nos engullieran para ser polvo de la nada enredados el uno en el otro, y vivir eternamente en la muerte. Yo. Ella. Y las piezas unidas de nuestros corazones rotos.
Recuerda que los diamantes rotos tienen más lados por los que brillar.