jueves, 19 de mayo de 2011

Oscuridad

Me siento en la oscuridad. Me reconforta, me tranquiliza. Aquí siento que puedo esconderme del llanto hasta que salga el sol de nuevo y me muestre lo dura que es la realidad. Cierro los ojos despacio, intentando no estropear el momento. Me dejo llevar por el melancólico sonido de los violines que proceden desde mis sueños. No necesito demostrar nada, nadie me puede ver. Siento que ya no tengo ganas de gritar y el nudo de mi garganta ha desaparecido. No quiero pensar en nadie, aquí solo existo yo. De repente caigo en la cuenta de que nadie me comprende y una tímida lágrima atraviesa mi pálida mejilla. No ahora. Aquí no. Para por favor. Aprieto mis ojos como si pudieran evitar que mi tristeza se reprodujera. Pero no lo hacen.

sábado, 14 de mayo de 2011

mentiras... no merece la pena luchar por ellas

-Por favor no me mientas
-Yo nunca te mentiría cielo.
-¿Ves?  Ya lo estás haciendo.
-Te juro que no miento.
-¿Por qué lo haces de nuevo? No me hagas más daño, sé que me dolerá la verdad, pero no más que saber que la persona que quiero me ha ocultado tantos secretos y no es capaz de sincerarse aunque yo nunca le haya ocultado nada.
-Pero... yo te quiero.
-Yo no. Me acabo de dar cuenta de que me he enamorado de un desconocido.
-Lo siento.
-No, tú no lo sientes, porque si lo sintieras no dirías nada y me dejarías escapar de tu mentirosa vida.
-...
-...

viernes, 6 de mayo de 2011

Querida ángel de la guarda:

Ya no te siento. Comprendo que los años han atravesado grandes vacíos de días, de horas, de segundos. Sin embargo ahora siento que mi corazón camina solo. Ignoro el motivo de tu marcha, pero no estoy enfadada. Has estado junto a mí incluso cuando no te lo he pedido y has echo que mire la vida cómo nunca lo había echo. Contigo, he sentido cada trocito de mi alma escondido en un cajón. Me hiciste un regalo grandioso al marcharte, el amor. Él no es como tú, pero para mí es un ángel. Un ángel que enviaste del cielo para que la soledad y la tristeza no me atraparan en sus garras. He rehecho mi vida, construyéndola con cada recuerdo feliz.

Hoy encontré una foto tuya y no he podido evitar escribirte con humildes palabras esta sincera carta. Seguramente no podrás responderme, pero aunque no sé donde estás sé que leerás esta carta y dibujaras una sonrisa en tus oscuros ojos,y con eso me basta.

Quisiera agradecerte todo lo que has echo por mí. Que en unas palabras no podría describir. Me cambiaste la vida y me hiciste sonreír detrás del brillante espejo de mis pequeños sueños. Nunca cuestionaste mis motivos, pero sé que lo podías palparlo todo en mi mirada.

Ahora soy feliz. Gracias a las lagrimas que me secaste. No tengo más palabras para describir como me acunaste, incluso cuando ya estaba dormida. Por todo esto, gracias. Espero que tú también seas tan o incluso mas feliz que yo. Desde aquí, siento que no has cambiado nada, y que tus recuerdos siguen intactos incluso con el peso de todos estos años. No te hecho de menos, pero no pasa un día en la que tu dulce voz no cruce mi mente como una suave nana de una niña. Solo te deseo eterna felicidad y que todos tus propósitos se hayan cumplido como lo hiciste con los míos. Un beso muy grande. Nunca abandonaras mi corazón.

Te quiero, tu mejor amiga.