jueves, 23 de julio de 2015

¿A quién regalaste tus imperfecciones?


Echo de menos los besos pegajosos y tu voz ronca en las resacas. Recuerdo el nudo de la garganta de las incomodidades y tu manía de encariñarte demasiado rápido. Vive en mí ese tatuaje que dedicaste a otro nombre y mi mirada persistente cuando tus caricias sabían a mentiras. Echo en falta tu camiseta de "Marea" que odiaba y tus ojos cuando miraban hacia dentro. Tengo el mono de tu desorden por el suelo de mi habitación; odio recordar dónde he dejado tendido cada sentimiento. Pero aún más saborear el vacío de los que te has llevado. 

La ausencia de tu nerviosismo me martiriza, hay una insostenible paz en mi vida ahora. Echo de menos nuestras imperfecciones, más incluso que cualquier osadía perfecta que otro corazón pueda cometer en nuestra alma. Y por imperfectos, hemos llegado de nuevo, demasiado tarde a querernos.

martes, 21 de julio de 2015

lunes, 13 de julio de 2015

El miedo es el mismo, pero los fantasmas son diferentes



Siempre tememos tener lo que más queremos. Ojalá mis sueños no se hagan realidad. Yo, que he anhelado volar pero ansiaba por la libertad. Mi vida se ha convertido en los polos de amar protegiendo mis sentidos, y convencerme de que no merece la pena precisamente por ello. No diré que creo en las desilusiones, pero sí en las decepciones de mí misma, y quizás por eso todo me salga mal. 

La pérdida está presente en cada esquina de mi vida, como una sombra que me persigue esperando engullirme en la menor debilidad. Por eso trato de aferrarme a los días convenciéndome de que así nada puede salir mal. Todas las aventuras pueden ser simples coincidencias que nunca llegan a llenar del todo el vacío de los deseos irrealizados. De los deseos que no me atrevo a pronunciar en alto.

Dicen que no puedes evitar caer, pero no saben que sí puedes evitar cómo o por quién, aunque ojalá yo misma no lo supiera. Todos mis miedos se han quedado estancados en uno solo, y ahora no permito que los pequeños se aferren a las vivencias del día a día. Como si pudiese archivar cada dolorosa experiencia y dejarla de lado, evitando mirarle a los ojos avergonzada de lo que estoy haciendo. 

Cada mínimo rastro es suficiente para levantar todas las alertas, incluso cuando no soy plenamente consciente de ello, hay un trocito de mí que se alimenta de este pánico y no espera a que yo decida de antemano. Todo es increíblemente inestable. Porque sé lo que quiero, pero no quiero que me atrape.

viernes, 10 de julio de 2015

Demasiado poco


Soy esa clase de personas, que se reta a sí misma una y otra vez para sorprenderme con mi propia valía. No puedo detenerme a esperar a que algo llegue del cielo porque sé que lo más valioso no es el fin, sino el camino.

Sé que no soy la persona más estable del mundo, y que a menudo, necesito sustituir esos subidones de adrenalina por tristeza sosegada. Pero no dudes de que seguiré luchando, incluso cuando esté desangrada sobre la gravilla.

Me encuentro muy lejos de ser la persona más fuerte que conozcas, solo sobrevivo como puedo y a mi manera. Creo que nos queda poco para aprender a repararnos nosotros mismos, y supongo que no será la última vez que vivamos este momento.

No pienso desperdiciar mis ganas de vivir, ni cuando éstas flaqueen. Merezco demasiado la pena para ello. Y nadie más que yo puede probarlo.

lunes, 6 de julio de 2015

¿Cuándo volveré a descubrirte?


El juego comenzó mientras caminaba tozuda con los ojos vendados. He olvidado quién solía ser, así que permito que el alcohol me convierta en una desconocida sin rumbo ni promesas.


La seducción es un intercambio de suspiros envenenados; empiezan en uno y terminan en el otro. He guardado silencio por tus atrevimientos y me he bautizado con actos deshechos. Me da igual que huyas, sé que tú pudiste sentirlo también. Fue un inevitable acto de valentía. 

Pero esta trama no ha terminado todavía. Aún no he marcado tu piel con mis caricias. Y no me importa si eres difícil de encontrar; hay bostezos que deben ser coronados por la felicidad, así que no me decepciones. Esto es tan solo un hermoso "hasta luego", y ni siquiera merece la pena terminarlo...

domingo, 5 de julio de 2015

Ya no sé si mis palabras están cargadas con locura o con tristeza. Quizás un poco de los dos. O quizás todos los balazos estén en mi cabeza.