martes, 29 de septiembre de 2015

Es tu metáfora, no la mía


Las manos se aferran, los ojos se cierran, las lenguas se enredan y los sentimientos se empapan de sudor. He abierto las ventanas de mis murallas para no perderme el bello espectáculo de verte durmiendo en mi cama. Como si hubieses caído por casualidad, como si no estuvieses segura del lugar que ocupa tu olor en mi interior.

Mi memoria se encarga una y otra vez de escenificar tu recuerdo; te has convertido un poco en mí y ahora no puedo deshacerte de mi persona. Parece que me has hecho sostenerme a mí misma por salvar tu rastro en mi piel. Te has colgado de mis latidos y escabullido en cada metáfora que brota de mis dedos. Vives en mi sin que pueda recordar siquiera como entraste.

Y ahora qué hago yo sin sonrisas con tu nombre a las que aferrarme.


Quedate un poco mas y haz que el futuro no se destiña más de olvido.
Y sino, llevame contigo.

viernes, 25 de septiembre de 2015

domingo, 20 de septiembre de 2015

No quedan más relatos inventados.


Lo vi en la esquina de aquella calle, vestido de traje. Sonreía a los ojos de una chica que no había visto nunca. Sigue siendo el mismo buen hombre, pero aquella visión me rompió el corazón.

Pasé al lado suyo, rezando para que su mirada encontrase mi rostro. Sin embargo, parecía que los rastros que quedaron después de estos dos polvorientos meses se han esfumado de su memoria. No significó nada. Yo nunca estuve en su mundo más allá de una noche.

Ayer me di cuenta de que los sueños con corazonadas solo pertenecen a una persona. Vi el funeral de mis recuerdos; los suyos en la tumba y los míos acongojándose por la muerte prematura. 

Me dolió más de lo que admitiré en persona.
Estaba guapísimo. Y yo idiota.

Quizás debí decirle algo, pero de nada hubiese servido. Él ya me ha olvidado. Y mientras yo me estaba emborrachando con demasiado empeño, él estaría perdiendo las manos en las caderas de aquella chica.

No sé como he podido ser tan ilusa.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Nada más puro que la amistad


Ayer envolvieron mis manos y besaron mis heridas como si nunca hubiesen sido conscientes de que se encuentran allí. Me arroparon entre toda la confusión, antes de que me diese cuenta de lo vulnerable que sentía mis piernas al tener que soportar el peso de mis pensamientos. 

Abrazaron mis miedos, y permitieron que se quedasen a vivir conmigo hasta que yo reuniese el suficiente valor para echarlos. 

Se acurrucaron a mi lado como si la distancia no fuese más que una fórmula matemática. Hacía mucho tiempo que no dormía con tanta paz como ayer. Sus pieles estaban calientes y decidieron abrigar con ellas mi mirada perdida, sin preguntar siquiera el porqué. 

Allí, tumbada en la oscuridad en compañía de su respiración acompasada, lo comprendí; nuestro hogar está en las personas a las que queremos, y más importante aún, en las que nos quieren.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Y comieron perdices para siempre...

Cuando ella se acercó, y entre lágrimas confesó: "te quiero", a la persona que estaba mirándola desde el espejo.

martes, 15 de septiembre de 2015

El vacío gana por goleada



La gente dice que el peor sentimiento del mundo es el dolor. No es cierto. El peor sentimiento que existe es el vacío. 

Es ese sentimiento, cuando soportas tanto dolor que de pronto, dejas de sentirlo todo. Como si el mundo no fuera tuyo, como si no fueses real. Y sí, puedes pensar que alivia seguir adelante, poder hacer todas esas cosas mecánicamente sin que la tristeza te detenga, pero no es cierto. Porque simplemente, al no sentir que existes, el mundo a tu al rededor carece de sentido. No te emociona ver a la persona que te gusta, te es indiferente si te despiden o te ascienden, te da igual si alguien se va de tu vida... simplemente no sientes. Te conviertes en un robot vacío que ha olvidado por completo el sentido de su existencia. Esa es la peor emoción. 

Sientes como un especie de vértigo en tu interior que no te permite respirar. Sin embargo, no dices nada, porque no puedes. Ya no recuerdas si estás bien o mal, olvidas qué es lo que te gusta, qué música escuchas o cual es tu pasión. Es como convertirse en otra persona y desconocer los ideales que seguías. Ya no te quedan ni valores, ni el sentido de la dignidad, ni la preocupación por seguir adelante o pararse. Te es indiferente.

Para que me entendáis: el dolor es lo que te lleva a saltar delante de un coche, con el vacío, no tratas de matarte, pero sabes que si un coche se acercase a toda velocidad hacia ti por casualidad, no te apartarías.


No hay nada más cruel que morir, y que tu corazón aun siga latiendo.

sábado, 12 de septiembre de 2015

"Solo vivo cuando estoy loca"


Ella estaba sentada en el suelo, sin pantalones y con una camisa de hombre desabrochada. El pelo le caía sobre sus ojos somo una cascada enredada. Sus mejillas seguían rojas y su piel mojada con un sudor que le hacía relucir en la habitación. Cerraba y abría los ojos, medio ida, medio aquí. Su joven rostro estaba enmarcado con una sonrisa de quien sabe bien lo que hace. Llevaba el cigarro en la mano.

Comenzó a hablar de pronto sobre noches que deberían guardarse en secreto. Las palabras brotaban entre sexo, filosofía y poesía, mientras sonreía como una niña pequeña. Movía la mano haciendo círculos en el aire. Resplandecía con fuerza. Podías ver en su mirada su salvaje necesidad de vivir, de ser libre, de estar completamente loca. 

Y lo conseguía. Y todos lo sabían. Odiarla o quererla, cualquiera apreciaba su pureza. Y por ello, cada persona de aquella habitación sabía que nunca podrían olvidarla incluso cuando aún no se había convertido en recuerdo, incluso cuando el futuro no existía.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Nacimos enfermos y nos encantó




Aún puedo escuchar sus gritos arañando las paredes de la habitación. Reclamó la presencia de seres superiores cuando mordí su piel; para mí ella es mi única Diosa. Ellos creen saber lo que es amar a alguien sin frenos ni cinturón, pero no tienen ni puñetera idea. Un gemido más y se me eriza la piel, seremos condenadas al dulce infierno en la eternidad.

Pensaron que guardaríamos silencio, las niñas buenas ahorcan sus deseos en rosarios pecaminosos. Luego descubrimos a qué sabía el poder de elegir cuales serán las costuras de nuestros labios y no volvimos jamás. Quien se entrega a la libertad de la lujuria no necesita limitarse a las sonrisas de compasión.

Creyeron que podían acabar con nuestras repulsiones en la hoguera, cuando desconocían que ya habíamos conocido lo que ardía el deseo de no poder besar lo prohibido.

Ellos quieren que te pongas de rodillas, esperando a que te den de comer el cuerpo de Dios. Nosotras simplemente decidimos ir a cazar otros cuerpos; en vez de esperar milagros, creamos unos nuevos con nuestras propias manos.

Gritas y mis latidos se aceleran. Abrázame más fuerte. Nos ataron los pies y nosotras simplemente decidimos volar. No lo comprenden. Nuestros actos crean amor, sus prohibiciones castigos y suicidios... ¿con qué lengua estamos lamiendo en realidad la palabra del señor?

martes, 1 de septiembre de 2015

Él se ha subido la camiseta y ella a la barra. 
Aquí nadie entiende nada de estar enamorado.
 No sobrevivirán. Lo sabemos todos. 
Pero guardamos silencio.
Hay demasiada gente acaparando nuestros sueños.