lunes, 27 de octubre de 2014

Encantada de desconocerte


Nos sonreimos por compromiso mientras las casualidades se reían en nuestra cara. De mientras, el silencio se ahuecó entre nosotros con su incomodidad tan presente. Te observé en los reflejos de la ignorancia, bajo la atenta mirada de un amor seco por el tiempo, no era el mío. Ni siquiera estoy segura de si eras consciente de ello. 

Tu rostro esbozó mi conciencia en un pestañeo, y quise quedarme dormida por siempre. Allí, a tu lado; al lado de un desconocido que creí conocer de pronto. Deseé con todas mis fuerzas descubrirte tejiendo deseo, y la mitad de una sonrisa triste. Fue el viaje más largo de un suspiro.

Quise encontrar una palabra, y se me olvidó el abecedario entero. Achaqué mi suerte al destino, pero estabas ahí, tan cerca y tal lejos... De pronto, mis mejillas decidieron teñirse de rojo, pero el sol disfrazó mi tímida esperanza de rozar tu mano. Y me enturbié en los sueños, los que esperé que fueran tuyos.

Pero de pronto me tocó parar. Me tocó respirar. Me tocó sonreirte de nuevo, con el corazón desbocado en la garganta. Me tocó tartamudear un poco. Me tocó dejarte atrás. Y me tocó dejarte a tu suerte, colocado en las falsas excusas del olvido.

Espero verte de nuevo.

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