Música

Es como si al nacer los latidos de mi corazón fuesen notas suspendidas en el tiempo, mi piel pentagramas que transmiten más que ruido y mi voz la fuerza para que la ilusión, las esperanzas y los sueños rotos vuelvan a recomponerse. Como si al nacer supiese que mi vida dependería de la música para sobrevivir.

El mundo está construido por personas sin camino...

Not enough...

Suena despacio mi rota guitarra, escondida al percibir asustada la tenue oscuridad de mi habitación. Cada nota, es una mala idea que rebota creando agujeros de decepción en mi estómago. Es como mi mente, repleta de ideas desperdigadas sin sentido alguno. No alzo demasiado la voz, no deseo que ningún monstruo que aguarda en este hondo pozo negro salga reclamando venganza. La lluvia craquea mis ideas y atemorizada, me agarro al instrumento que millones de veces me ha salvado del desprecio que me tiene guardada mi malvada mente. Sé que estoy a salvo, pero los recuerdos me ordenan estar alerta. Deseo con toda mi alma gritar y que el estruendo de mi podrida voz retumbe más allá de la puerta chirriante. Pero no lo hago. No merece la pena. Soy muda porque nadie comprende mis palabras y ya me he rendido a pronunciar ni un mísero susurro. Sólo estoy yo con mi rota guitarra. Decidiendo una vez más cual será la próxima nota que desafinada me encadenará para siempre a mi profunda soledad.

Quizás...

Porque quizás, la felicidad no esté en la meta, sino en un resguardado atajo del camino de nuestros sueños.

¿Quien eres?

El cielo empapelado nubla mis pensamientos, haciendo que me encuentre perdida entre las espesas gotas de esta aterrador tormenta. He dejado de ser yo para convertirme en un alma perdida por las crueles intenciones de palabras esculpidas por gente hambrienta de deseo. Es sólo una estúpida lucha contra todas mis derrotas. ¿Quién eres? Susurra el viento teñido por todos los sueños sumergidos por el tiempo. Una pregunta que nunca tendrá respuesta resbala dejándome débil y empapada de confusión. No lo sé. Siento mi corazón palpitar tan deprisa que por una milésima de segundo pierdo el control esperando que caiga del cielo un ángel dormido. Mis recuerdos se dispersan y las cartas de mi futuro se han esfumado por el polvoriento frío que rodea mi delgado rostro. Dentro de mí va creciendo un hondo sentimiento. Este es el momento. Un instante liberador que me ayuda a entenderlo para que al fin, tenga el valor escribirlo mirando desafiante a la lluvia que hunde sus manos en un intento forzado por borrarlo y retenerme en este oculto laberinto. Son solo palabras. Pero son las palabras que quedarán escritas para siempre en este oscuro cielo.

Enterrado mi corazón...

Encarcelada queda mi sombra, encadenada mi alma, pisado mi nombre, mancillado mi mente, escupidas mis lágrimas, borradas mis palabras y al fin, enterrado mi corazón.

Sometimes, I just need to feel that I am breathing.

Y que la música silencie mis palabras desvordándolas en tu interior...

No llores.

Mírala. No la escuches. Tan sólo mírala. Cállate. Trágate tus estúpidas explicaciones. Asiente. Sonríe. No llores. No llores. No llores. Asiente otra vez. Prueba de nuevo. Fracasa. No vales para esto. No vales para nada. Sonríe más, que no parezca que lloras en tu interior. Dí sí. Recoge tus cosas. Más rápido. No tanto. Tienes que salir. Aquí nadie te necesita. Vete. Ya. No des un portazo. Eso es. Camina despacio. No mires. No oigas. No hables. Y camina. Y camina. Y camina. Y no pares nunca. Escóndete. Cállate. Inútil. Estúpida. Mentirosa. No grites. No metas la pata. Ahora comienza a caminar de nuevo. Eso es. Mira, ¿ves? No es tan difícil. Ya ha pasado un día. Ahora podrás hundirte más en tu soledad. No digas nada. Duele. No llores. No llores. No llores. Sonríe de nuevo. ¿Ni siquiera eso lo puedes hacer bien? Eso es. Así. Caete. Humíllate. Sangra. Levántate. Ahora no duele tanto sonreír. Siéntate. No llores. No llores. No llores. Inútil. Zorra. Estúpida. Ingenua. No llores. No llores. No llores. Nunca llores. Te lo mereces.

El diferente eres tú, imbécil

No escuches jamás aquellas voces que te marginan por ser tú mismo.... solo son cobardes que no comprenden quienes son y por eso deciden ser iguales a los demás.

Ven. Mírame. No digas nada. No quiero saber cual es tu nombre, ni donde vives, ni qué te gusta hacer. Sólo quiero que me mires y sentado a mi lado, disfrutemos juntos este momento. Sin preguntas. Sin respuestas. Sólo tú y yo, dejándonos llevar por este instante del caprichoso destino. Simple. Fácil. Precioso.

Extraños sentimientos...

Porque no sé como explicarte que no entiendo porqué, pero sé que has nacido para hacer algo grande e importante. Tienes ese extraodinario poder de hacer cambiar a las personas que ni siquiera te conocen. Y lo mejor es, que no hay nada que pueda detenerte, porque tu fuerza es ante todo mundo cruel valiente e indestructible.

La única sonrisa de mi alma...

Esta es una noche silenciosa, donde los pequeños atisbos de luz que huyen de las sombrías pesadillas se cuelan por mi ventana. En este acosador silencio consigo acurrucarme entre mis recuerdos y sentir los golpes de mi corazón como agujas de un viejo reloj que giran atrás en el tiempo. En el aire corren millones de motitas que adornan el santuario que me protege de millones de balas inertes, disolviéndolas en el viento como si no fuesen nada más que polvo blanquecino.
Guardo este precioso momento dentro de mí y soltando con un suspiro todos los secretos que he olvidado, sonrío mezclando una extraña sensación entre deseos y melancolía. Como si fuese capaz de romper millones de estrellas que nadie mira palpando la intensa paz que ruge en mi interior. Son indiferentes mis pensamientos a este sentimiento que nunca he llegado a comprender del todo. Disfruto del leve cosquilleo que escupe mi leve respiración y cerrando los ojos siento que vuelvo a ser yo misma.

Sé que no estoy sola y por primera vez en mi vida, me confieso a mí misma todas las horas que han transcurrido sin decir una palabra, intentando comprender cada diminuto paso que daba. El sofocado destino vuelve a unir dos almas muertas para rehacer unidas dos bellísimas vidas. Se me escapa una sonrisa. La única sonrisa de mi alma... solo junto a ella.