viernes, 21 de noviembre de 2014

A toda ostia


He conocido las prisas durante mucho tiempo. Esos amores que duran lo que dura una borrachera, que no conocen de despertares sin resaca emocional. Los besos de labios sin nombre ni apellidos, y manos que buscan fantasmas de lo que nunca poseerán. Las braguetas que se abren con prisas y bragas que quedan olvidadas en el asiento trasero de coches de papá. Sé como se curva esa sonrisa maliciosa "te he conseguido, ya eres mía". Menudo gilipollas. Un polvo es un polvo y punto; te costará el sudor del alma retenerme en tu cama. Una se acostumbra a vivir en un caos, un reajuste de mi vida a lo que se forja en mi interior. Ya me aburre. Estoy hasta los ovarios de no encontrar ninguna palabra amable a las 3 de la madrugada. Solo estoy para follar porque nunca he sabido lidiar con "te quieros". No te pido imposibles joder. No es tanto pedir que se queden por lo soy en vez de por lo que puedo darles. ¿O sí? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario