jueves, 25 de diciembre de 2014

No sé decir "no"

Complacer siempre a los demás, no es ayudarles ni hacerlos más felices. A menudo olvido que en ocasiones, lo que más deseamos es lo que menos necesitamos. No juego con la misma moneda de cambio que solicitan a mi sonrisa, pero finjo que lo hago.

Podemos calentar nuestros sueños a fuego lento, pero como no los mezclemos con la realidad pronto, terminarán abrasándonos. Creo que es importante ser sinceros con nosotros mismos para permitir que los demás sitúen sus miedos en un tiempo fluyente.

No soy la "mesías", solo puedo enseñarte como vivo mi vida. Todos aprendemos de todos; todas las personas del mundo saben algo que tú desconoces. Sin embargo, debemos elegir qué "adiós" tiene el suficiente poder de no caer en el olvido y ese es precisamente mi problema.

A menudo, deseo conocer tanto de otros, que me pregunto si realmente les estoy endeudada. Por eso, me dejo hacer, me dejo llevar, dejo que reflejen en mis pupilas sus deseos... y después me doy cuenta de que estoy perdiendo mucho más de lo que gano. En ocasiones, hago muchas cosas que no deseo. Como si en la calma de los demás pudiese encontrar dormitando mi felicidad.

¿Qué estúpido verdad?

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