viernes, 29 de noviembre de 2013

Plumas de dolor, para volar hacia la felicidad


Me siento en el frío suelo de mi desordenada habitación. La música está a todo volumen, como si de este modo, pudiese conseguir abrigar mis sentimientos. Esbozo con mis manos mis cicatrices. Un escalofrío me recorre el cuerpo. ¿De verdad he cambiado tanto?

Los ojos se me humedecen de recuerdos estancados en mi memoria, aunque no trato de detener mis lágrimas, nadie puede apreciarlas en esta oscuridad. En mi mente hay una guerra salvaje que no me deja dormir. Una lucha interna que apenas me deja respirar.

Nada es igual, pero nada es diferente. En mi interior siguen invernando miles de rosas que temo soplar, por miedo a quedarme enredada entre sus espinas. Temo tener miedo, pero también temo no tenerlo, porque una voz dentro de mi cabeza canturrea estrofas de una vida forzada y repleta de insuficiencia.

Las manos me tiemblan. Rezo una vez más por ser "normal", por no sentirme enferma de la vida, enferma de mí misma. Siento que vuelve esa horrible sensación, agazapándose por mi pecho hasta estrujar mi corazón. Soy un cúmulo de decepciones.

No puedo permitirlo. Me levanto y me dirijo hacia la ventana abierta, tropezándome con todo. Muero poco a poco. Me tambaleo por mi dolor y numero mis mentiras.

Si a quien quiero es a quien más daño hago, no comprendo como puedo ser tan cruel como para seguir traicionando a todos para que se alíen con mi engañosa sonrisa. Estoy destinada a terminar sola.

¿Y que ocurriría, si al final es cierto que alcanzaré la felicidad cuando mire con valentía al sufrimiento? ¿Pero qué pasará entonces si no soy lo suficientemente fuerte como para superarlo, y mi alma quedase por siempre partida en miles de trocitos? ¿Debería repartirlos todos y fundirme en la eternidad? ¿Quién querrá a una chica suicida despedazada?

Nadie. Absolutamente nadie.









Pero... ¿Y si no es así?

martes, 26 de noviembre de 2013

La nada del todo. El todo de la nada.

 
Las decisiones son peligrosas. Uno puede pensar que una pequeña decisión, insignificante y sin importancia, no puede afectar en absoluto al rumbo de nuestra vida,pero no es cierto. Las pequeñas decisiones son las que nos conducen a tomar las grandes, y no podemos huir de ellas. Dictan nuestro destino sin ni siquiera darnos cuenta, de que ponen su puntiaguda pluma sobre nuestro corazón.

Deseos, egoismo, ambición... la mayoría adornados de diamantes rojos hermosos por la engañosa sociedad, y sin embargo, su valor depende de nuestro camino. ¿Y si mis deseos, son los que me conducen a mi propia muerte? 

No podemos medirlos ni borrarlos. A veces ni siquiera aceptarlos. Nosotros elegimos vivir alimentándonos de la muerte o morir alimentándonos de la vida. No hay escapatoria. Una única opción transforma quienes somos por completo.

Siempre resulta demasiado tarde para echar atrás. Y yo tengo miedo. Una terrible voz ronca que solo escucha mi respiración maldice mi pasado y me cose las entrañas de errores y mentiras. Nada parece ser real en mi interior. No soy capaz de admitir que esta es mi vida. Es como si esa chica de mirada vacía tras el espejo fuese tan solo un espectro que trata de adentrarse en mi reluciente ser. Hace demasiado tiempo que no soy feliz. ¿A donde he ido? ¿Como he podido perderme en mí misma?

Sé que es lo que realmente quiero ser. Y sin embargo, sé que quien quiero ser no desea ser yo.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Lo que no piensa, verifica la fría realidad


Cuando desperté me encontré encerrada en una habitación vacía, pero no tanto como mi alma. En las paredes sombras que escapando de la realidad dibujaban mi rostro desgastado. Ahora sé que el tiempo no nos hace más fuertes, sino que nos enseña a apreciar la belleza del dolor.

No me asusta el futuro. Tengo una enorme orquesta de gritos desgarrados frente a mí, tras el sincero espejo. Lo que no piensa, verifica la fría realidad. Mis sentimientos están muertos, pero el corazón me sigue incriminando con fuerza que sigue latiendo.

El silencio es eterno, pero no queda nada por decir. Me reflejo en la nada. En esta distante armadura, no quedan fuerzas para luchar, tampoco para rendirse. Subsiste cosiendo las heridas de sus memorias con  plagiada felicidad. Ya no existen el bien o el mal,se esfumaron con esas miradas que no pretenden ver nada. 

La paz es tan solo es el hechizo de la guerra fría. Y las batallas perdidas han dejado sus únicos restos sobre mi piel magullada. Por siempre, corriendo descalza.
Y por primera vez en mi vida, no recuerdo como se deletrean mis sentimientos...

viernes, 22 de noviembre de 2013

El mañana será la copia del ayer.

 
Cada texto que escribo, es exactamente igual que el anterior, o al que vendrá. En mi cabeza las ideas van cambiando de forma, color y textura, pero al arremolinarlos en signos plasmados, todo se mantiene exactamente igual. Demasiados "quizás", pocas respuestas, y ninguna salida.

Hace mucho tiempo que no escribo para mí. Tan solo lo hago para hacer oir mis pensamientos en este inestable y demente mundo. ¿Será que no quiero escuchar mis propios pensamientos? No lo sé. No lo comprendo. No me importa.

Bajo la luz gris de la lluvia, escribo palabras sin sentido. Ahora mismo, no soy la mujer más triste de la tierra, pero el dolor siempre es único, y consigue todos los medios disponibles para agazaparse en mi interior. No quiero compasión. Solo intento transmitir mis emociones de forma comprensible, antes de que me vuelva completamente loca.

Los instantes muertos vuelven a hacer acto de presencia en mi vida. Unos segundos de silencio para volver a reencontrarme conmigo misma. Necesito unas cucharaditas de soledad. No para uhir, sino para tomarme mi tiempo para debatir de qué lado de los pecados me situaré.

He descubierto que a menudo, cuando formulo preguntas en alto no busco respuesta alguna. Sino que es una cuestión que carcome mi alma con veracidad y necesito materializarla de alguna manera.

Pero la vida sigue igual. Las horas pasan, se alargan, se estremecen, desaparecen... y sin embargo, nada cambia. Nacemos, "vivimos", morimos. El mundo sigue dando vueltas y caemos en el olvido. ¿Por qué tanto sufrimiento? ¿Para qué tanto dolor? Cada texto será igual que el anterior, Deambulando por los sentidos, desterrado por los sueños. Todo exactamente igual. Todo vacío. Todo, sin conseguir vivir nuestra vida, envuelta en el mismo papel de plata, que romperemos tan solo cuando acaben nuestros días.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Limítate a ser

 
Las anónimas luces de la calle reflejan nuestro ser sobre los sucios charcos de la calle vacía. El frío enfría nuestro cuerpo, pero aviva nuestra alma. Escapamos corriendo de las pequeñas horas de la madrugada, para encontrar un mundo paralelo al establecido por cuerdos dementes. 

Somos desgraciados ante la felicidad, pero felices ante las desgracias. Locos por elegir vivir nuestra vida. Alzo la mano tratando alcanzar mis sueños en el aire. Todos reimos de la nada. Por sentir que pertenecemos al fin a algún lado, que somos parte de algunas personas.

No somos perfectos. Nuestra unión se ha rescrebajado miles de veces, pero no importa. Porque es nuestra. Es nuestra vida, nuestros amigos, nuestro amor, nuestras promesas, nuestros sueños. Podemos luchar por nuestros sueños juntos.

Felices por el simple hecho de ser y no tener que ocultarlo, bajo el conocimiento de que no seremos juzgados por quienes palpita nuestro frágil corazón.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Confía


La vida corre. Rápido, despacio. En ocasiones tan lento que podemos saborear cada amargo segundo, y otras veces tan rápido que parece inexistente. Pero no para. Nunca. Da igual si nuestros pensamientos van en contra de nuestros sentidos, no para jamás. 

Siempre me he empeñado en manipularlo. En tenerlo bajo control creyendo de forma ilusa, que es la única forma de ser felices. Pero es un error. Para ser felices lo único que debemos hacer es dejar que los sucesos corran libres aceptando nuestros actos y nuestro presente, para tratar de mejorarlo pero sin forzar un ápice de él. 

Deja que las cosas fluyan, y confía que las cosas saldrán bien. Todo resulta más fácil de lo que creemos. Todo sale mejor de lo que imaginamos en las noches de millones de sombras. Tan solo confía. En el tiempo, en el futuro, en las sonrisas, en la felicidad, en la vida, en ti misma.... Confía. Porque si no hay una colchoneta en tu caida celestial, siempre encontrarás una gran piscina, aunque deberás aprender a nadar para salir y así, obtener más experiencia que te permitirá descubrir el camino correcto hacia nuestro destino.

Por eso, cuando todo nuestro mundo se derrumbe, no temas. Trata de hacer lo que puedas, siempre siendo tú mismo, y piensa que si las cosas han ido mal, no es porque no hayas dado lo mejor de ti. Son cosas que suceden. No puedes tener mil victorias sin ningún fracaso. Así que respira, y confía. Todo se arreglará. Te lo prometo.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Diablos del cielo. Ángeles del infierno.


Mirada al frente. Ojos vacíos. Ningún paso mío aterriza en el suelo. Espalda recta. Costillas resquebrajadas. Un corazón que intenta hacerse hueco en mi vida. Decepciones betadas. Sonrisas asesinadas. Muerte resbaladiza. Jugando al pilla a pilla con mis mentiras. Siente. Respira.

Guión aprendido. Sentimientos a salvo. Risas congeladas. Corriendo hacia el dolor por un ciego desahucio de la locura. Locales vacíos que llenan mi egoísmo. Decepciones en busca y captura, porque las esperanzas abandonan rejas rayadas.

Mueve tu cabeza y sonríe para ganarte a ti misma. Vendo mi vida en billetes de vacío. Mirada de placer. Corazones no correspondidos. Almas que nunca fueron reparadas. Baja hasta la cintura. Embadurna tu fracaso con alcohol, y mézclalo con las putas de tus días suicidas. 

Pasado olvidadizo. Poseedora de la nada. Sierva de mi destino. Abre la boca. No digas nada. Péndulo de una vida muerta. Gatos salvajes bailando bajo la luna. Latidos que bombean cobardía. Limpia tu alma para ensuciar mi pureza.

Máscaras de fama. Inteligencia desgarrada. Muñecas cicatrizadas.  Perfume de humo. Sueños de neón apagado. Números que me califican. Frío que nunca abandona mi alma. Atrapada en la libertad. Viviendo una vida que no es mía. Esnifando mis teorías daniñas. 

El karma es un fiel servidor que persigue mis pesadillas. Abre un camino entre las cenizas. Atracada por la culpa. Amordazada por la falsedad. Mi nombre al vacío. Diablos del cielo. Ángeles del infierno. Mi alma explotada por derrotas. Esperando el día en el que mis palabras queden esclavas de mis pensamientos. Te quiero. Me odio. Corazón irrompible por los golpes de la vida. Nacida para no tener vida.

viernes, 8 de noviembre de 2013

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Traficantes de sentimientos


Continuas hablando de ella entre palabras entrecortadas en esta local moribundo. "¿Es increible sabes? Deberías conocerla algún día." La conozco dulce criatura, ella es un espejismo de mi ser. La has comprado con un par de mentiras ordinarias, pero no finjas, sabes que no soy yo.

Me encuentro en cada pálpito de tu forzado olvido y nunca podrás abandonar el sucio recuerdo de mis carnosos labios sobre tu piel. "¿Recuerdas quién soy?" Susurra tu mente lentamente. Poseo tu alma y juego con ella rompiendo el corazón de esa zorra. No es la primera que te llevas a la cama, pero te acuestas con su cuerpo, porque tu corazón aun me pertenece.

Fumas nervioso. Sabes que podría derrumbar todas tus teorías inestables en dos palabras. Soy la dueña de tu piel. Tratas de reconstruir con ella un sueño dañino. Ella no es yo. Eres malvado. Sabes que la utilizas. 

Tus ojos me relatan como me recuerdas al estar entre sus piernas. Enciende la luz de la lujuria pero soy yo quien baila en tus pensamientos. Le quietas el vestido y dejas desnuda su alma vacía. Mi recuerdo te persigue. Soy el fantasma que te arrastra al verdadero amor.

Tengo en mis manos tu corazón entero, y ella solo te roba unos pocos latidos. "¿Respiras o es solo un espejismo?" No me tienes, pero no te dejaré ir. Conduces rondando istorias que te quieres hacer creer. Recuerda cada arañazo en tu desnuda piel.

Nunca podrás uhir. Estás enamorado de mí.

domingo, 3 de noviembre de 2013

¿Y si estoy aquí por algo?


Un día tuve la visión de hacer de mi vida una obra de arte. Recuerdo perfectamente como esa creencia se incrustó a cada suspiro, cada gesto, cada mirada, cada bostezo... quise hacer algo hermoso de las entrecruzijadas de mi destino. Guardaba en mí cada ilusión, porque no sabía como liberarlo. No sabía como hacer que la realidad formara parte de ella.

Recuerdos, dolor, esperanza, melancolía y una felicidad escurridiza formaban cada espiral de mi ser. Era como aceptar seguir la pureza para llegar a alcanzar la eterna libertad. No me importaba ser sabia o no, ser simpática o no, ser complicada o no... no me importaba estar loca. Tan solo quería ser una pieza auténtica que se regocijaba en las betadas teorías de su corazón para hacer de mi vida un recuerdo único. Las pesadillas se esfumaron, y llevaron con ellas solitarias ataduras.

Ese deseo a quedado grabado en mí. Mi camino, mis pasos, mi soledad. Única. MÍA. Estoy rota y quebradiza, pero sé que esa prohibida mirada del corazón me hace valiosa. No por ser yo, sino por el valor que me otorga el no tener miedo. Sin embargo he estado ciega. Olvidé que al cambiar yo, ninguno más haría mi camino, y ahora busco ángeles entre las lejanas luces de mis sueños.

Poco a poco dejan de importarme los demás. Persigo al fin mi vida. Ellos no son yo, no estarán ahí cuando muera, y me visitarán pocas veces mientras mi respiración sea constante. Así que continúo escuchando tan solo los latidos abrumados que se expanden por mi alma.

El mundo desea poner riendas a mis miedos, acusándome por mi punzante locura. Sin embargo, en mi piel deja huella la fría lluvia de la satisfactoria demencia, la confirmación de mi cercanía hacia la belleza infinita. Deseo desenvolver mis visiones y ser propiertaria de sentimientos inescrutables. Cada vez que deseo adaptar mis valores a un personaje establecido, malvadas voces me arrestan y castigan mis sentimientos. Quizás será porque estoy destinada a no encajar en ningún lugar, que mi misión en la vida es atrapar mis deseos y crear un único camino del que nadie ha tenido conocimiento jamás. No para comprenderlo, sino para vivirlo. Guardando en mi interior los destellos de mis sentidos. Amand a quienes descolocan mi corazón, pero nunca llegan a arrebatármelo. Formando pensamientos con cortas visiones, no con palabras. Sin dejar que ningún número insignificante marque mi valor. Podré elegir de quien deseo ser esclava, y volaré hasta fundirme entre las oscuras sombras del cielo nocturno.

Mi objetivo no es tener una vida perfecta. Sino hacer perfectos los pequeños errores que envuelven mi vida.

Cada día, terribles tempestades congelaban mis ideas y empapaban mis ilusiones. Cada día sometida a una tristeza perpetua. Pero sigo adelante. Rota y despedazada, pero adelante. Y realmente creo que es por algo. Algo por lo que debo luchar. Algo por lo que debo materializar mi ser en este bello universo y vivir, tal como el destino ha dejado esccrito bajo mis párpados. Sin tener nada, pero siendo propietarios del incalculable valor de vivir la vida.

sábado, 2 de noviembre de 2013