No te ha ocurrido nunca, que en medio de todo el alboroto,
de todos los pensamientos y las voces malignas, en medio de este torbellino de
atrocidades desintencionadas te vuelves hueco y vacío?
Como si tuvieses esa
sensación de estar a punto de caer desde un abismo, pero fuese
un sentimiento eterno. Tu mente está vacía, tus sentimientos son como un libro en blanco, sin
pasado sin presente y sin futuro. Llegas hasta el borde de tus emociones y después…
nada. No existe tristeza, pero tampoco percibes
alegría. Es como despellejarse y mirarte a ti mismo desde fuera, a una
distancia tan profunda que ni siquiera tu rostro te resulta familiar.
Está todo
frío, y no te importa. Está todo oscuro, y te da igual. Está todo lleno de
sonrisas falsas, hipocresía, y eres indiferente. No queda absolutamente ningún
rastro de que eres una persona en este mundo enorme. Es como estar muerto por
dentro, completamente podrido, pero tu corazón no se detuviese nunca. Y cada
vez que ocurre, cada vez que me atrapa, sigo sin encontrar motivo a su
presencia. Alguien ha venido y me lo ha robado todo sin darse cuenta. Pero no
existen culpables, y eso es aún peor. No debería sentirme así, no tengo tan
mala vida. Es un extenso vacío emocional de las consecuencias de aquello que
queda implícito en mis caóticas vivencias. Todos podemos perder un poco la
cabeza. Pero a mi este sentimiento me aterroriza. No solo porque tenga
conciencia de que cada vez me cuesta más tiempo volver a sentir algo y tema que
llegue un día en el que no pueda volver a hacerlo. Sino también porque en esos
instantes no me importa absolutamente nada. Podrían decirme que voy a morir al
día siguiente y no me inmutaría.
Lo único que deseo con locura en esos
instantes es que alguien me de una buena ostia. De los de verdad, con la mano
abierta. Necesito despertar y sentir algo tan desesperadamente que he llegado a
hacer cosas que realmente, me han hecho cuestionarme mi propia existencia. Me
han hecho cuestionarme la lucidez de mi propia mente. Estoy siempre buscando
algo, pero nunca sé el qué. Y al final, solo queda silencio. Un profundo
silencio que no puedo romper. Silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario