sábado, 27 de julio de 2013

Paseos en un tiempo muerto


 Caminaba despacio, permitiendo que en el automatizado silencio quedasen incrustados ahuecados sentimientos. Mi vestido negro hondeaba entre susurros entrecortados y dejaba al descubierto los altos muros de las mentiras muertas. Olvidé todo mi pasado junto con el reflejo de las genuinas sonrisas que firmaban contratos de felicidad. Observé los suspiros ocultos en tu mirada cuando encontré tu alma dudando entre lo que fuiste y lo que no eres aún, casi desquiciado por la terrorífica insistencia de un tiempo incontable. Miles de espejos nos rodeaban haciendo que los amores no correspondidos nos devolviesen de forma gentil y suave las miradas más sumisas.

Perdida entre aquellas pálidas sombras, comprendí que ni siquiera la locura nos libraría de las brillantes travesuras del destino. Recuerdo tu angustiado rostro, que daba por terminada la obra de arte de nuestra vida. La sala vacía era el consuelo del odio que en secreto nos conducía siempre hacia la grandiosa libertad. No envolví mis promesas de cristal y ahora se esparcían por el suelo haciendo sangrar mis desnudos pies. Te miré con la extraña fijeza que crean en mi las turbulentas aguas sucias de la nostalgia secreta de las diferencias. Y entonces me di cuenta de que las preguntas que nunca tuvieron punto final, son las que realmente las únicas que sostienen mi vida.

lunes, 22 de julio de 2013

Dos extraños en el avismo de las mentiras

 Ven, acércate para que puedas ver de cerca las traiciones que he maniatado a tu corazón asustado. ¿Qué piensas ahora de mí? ¿Me sigues queriendo igual? Es tentador escupir a la realidad. Estoy perdiendo de nuevo al juego de las rotas muñequitas que, en secreto, adoran estar despedazadas. No tienes buen aspecto ahora y el sarcasmo se apodera de mis entrañas. El odio viste de princesa a este monstruo solitario. Espero que te sientas satisfecha con tu celda de mentiras. Tus lágrimas negras no escriben felicidad en las ajenas. 

Bebamos. Por ti. Por mí. Por el mundo que tu indiferencia ha desterrado. Somos testigos de nuestra propia muerte. Y lo peor es, que no puedo evitar sumergirme en el torbellino de la culpabilidad por las veredades a medias. Así que emborrachémonos, fingiendo una vez más sentirnos queridas y rompamos nuestras copas en nuestras almas podridas, para dejarlas inconscientes, en la eternidad perdidas.

sábado, 13 de julio de 2013

Luces de neón con forma de dolor

La calle se vacía cuando las estrellas besan el suelo, y mis pies retumban en el asfalto como pequeños mensajes que me recuerdan que no podrás escapar a mi memoria. Podría detenerme y columpiarme en los sueños que me dibuja tu risa, pero sé que me odiarías por amarrarme a tu recuerdo, que a tus espaldas me sigue escondido en todas las sombras en las que me adentro. Observo unas pocas habitaciones encendidas y me pregunto si ellos también han anclado tantos sentimientos en el silencio. El alcohol corre por mis venas, aunque es algo muy inútil, porque ningún licor pegajoso podrá jamás enfriar tu chispeante mirada de mi pasado. Me gustaría abrir mi corazón y dejarme caer al vacío, pero no puedo permitirme el lujo de dejar escapar todos los latidos que te he regalado. El aire huele a mentiras... las que amé cuando eran pronunciadas por tus labios. Sólo quiero abrazarte. La vida debería avisar cuando dos manos no volverán a entrelazarse jamás, aunque en el fondo sé, que no serviría nada que lo hiciese. 

No quiero volver a casa. Sé que bajo mi cama se esconden tu olor y la imagen de tu tranquilo rostro cuando el sueño te atrapa entre mis brazos.  Digo que está todo genial, y sigo adelante, aunque los dos sabemos que en realidad, sigo perdido en la tristeza de la que tú me protegías. Cuando releo esto una y otra vez, no puedo evitar sentir que es un corazón roto más en el mundo, pero al sentirlo, realmente es un sufrimiento único, incomparable. 

Una canción hermosa muere cada vez que tú no me despiertas. El tiempo parece colgar de tu gabardina y revolotea en el aire. Eres la estrella que se oculta tras esta noche nublada. Tan inalcanzable. Tan bella. La que pude palpar en mis sueños pero no el suficiente tiempo como para construirlo en la realidad que ahora me parece tan lejana. Dicen que el dolor te hace más fuerte, sin embargo, tu vacío es demasiado grande en mi interior como para que quepe cualquier otra cosa y lo único que puedo hacer es sentarme y dejarme ahogar por las frías noches que han dejado tus lágrimas desesperadas. 

Siento que mi corazón está contigo, pero mi mente no. He perdido la cabeza con tus cortas palabras de despedida. Amaría la bruma del cielo estrellado si pudiese hacerme estremecer como tu voz. Al contrario, la noche es solitaria, y tan solo alquila sus habitaciones por horas. 

Sigo corriendo perdido por esta ciudad que absorbe cada vez más tus secretos mientras ruego a la solitaria luna que vengas a buscarme para llevarme a casa. ¿Pero qué casa? Ahora mi alma pertenece a tus travesuras, mi mente a tu tristeza y mi corazón... no hay parte de mi corazón que me quede libre después de tu llegada. 

Todos dicen "no comprendemos lo que ha ocurrido", cuando en realidad, lo que no comprenden es como es posible que se hayan resguardado tantos sentimientos entre nuestras miradas confidentes. Lo nuestro es de una belleza incomprendida cielo, tan extraña que decidimos montarla convirtiéndola en el castillo de nuestras emociones más profundas. ¿Como es posible? Ahora estoy sentado sobre la playa, junto a la única compañía de una botella vacía y tu incómoda sonrisa. Como hace un tiempo, cuando aún no habías tropezado con mis tímidos sueños y los sentimientos eran un trabalenguas de cobardía. Te echo de menos. No te olvidaré nunca.

viernes, 12 de julio de 2013

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Dreams makes us dangerous fighters


Brumas de cristal

 Mi mente va a mil kilómetros por hora. Es atropellado por miles de pensamientos malignos y sonrisas diurnas. Siento como vuelve esa sensación de abismo, siento mi corazón desprotegido. No puedo gritar, porque tengo una intensa guerra en mi mente. Los sucesos me atrapan, haciéndome esclava de sus siniestras nanas. ¿Qué debo hacer? Mis ojos amordazan las miradas compasivas. Siento que no puedo... no puedo... Soy incapaz de mantenerme estable. Quiero ser libre y gritar hasta quedarme sin voz. Todo da demasiadas vueltas y me doy cuenta de que no puedo respirar. Parece que este es el final. Por favor que no lo sea. Mi mente me acuchilla con planes sucios e incoherentes. Ayúdame. ¡Ayúdame!

domingo, 7 de julio de 2013

jueves, 4 de julio de 2013

Déjame sobrevivir

Mi corazón late desbocado provocando que de cada porro de mi piel rezume venganza. No hace calor, pero las falsas palabras amables de conocidos enemigos hacen que gotas frías embadurnen mis sentidos. Uno, dos, tres... veintidós segundos. Eso es lo que tardaréis en condenarme por mis actos. Corro por el corredero de la muerte  disfrutando de cada resonante sonido que arde en mi ignorante cerebro. Me miro en el espejo y de nuevo no me reconozco, pero empujo esa emoción lejos de mí mientras vivo en la creencia de que nadie puede romper un corazón que ya está roto. Mi estropeada alma dibuja rápidas ideas maliciosas en el aire contaminado por seductoras mentiras. Al fin, todos mis deseos ocultos corrompen amores mancillados y los hacen míos. Ya no tengo miedo de perder. ¿Esto es lo que querían? Unas velas negras, ojos enfermizos, lazos deshilachados, sacrificios derramados, adicciones sagradas y lágrimas seductoras. Es el precio a pagar por manipular heridas sangrantes. He silenciado mis pensamientos y ahora me dejo arrastrar por mis sentimientos hasta estremecerme por mis propios actos. Puedo ver temor en todos aquellos que creen conocerme. Las personas estropeadas son peligrosas. Saben que pueden sobrevivir. Y lo hacen sin temer a ser descubiertos.