sábado, 31 de enero de 2015

Todo de nuevo

Hace calor en el bar y nuestras voces se ahogan en risas de encontronazos. Encontré a esta mujer en la esquina de las casualidades, y quién lo iba a decir entonces, que estaría compartiendo una cerveza muerta de fe. Su mirada clara chispeando por el alcohol, apostaría que sabe lo que se aproxima, pero guarda silencio y me engatusa. Ya he quedado enredada a ella. 

Sin embargo, un día le vi, compartiendo caricias con un rostro conocido, y me dije "¿cuanto tiempo he estado tan ciega?" . La noche difumina todos los sentimientos y ahora no puedo gritar en su contra. Pagamos por el pasado y las palabras teorizadas en actos. Estoy confundida; dije que no quería lazos y ahora solo deseo aferrarme a ella. 

Toca mi puerta a la madrugada. Busca aquello que ha abandonado en el fondo de la lengua de él. Se agarra a mi melena y me pide perdón. Joder. Las cosas no funcionan así. "Entiendo que desees volar, pero estabas justo a mi lado, y ahora ya ninguna excusa justifica nada". Defiendo mi imaginaria dignidad, pero que ella se quede un poco más.

No estoy segura de si soy gilipollas, o sería legítimo culpar a la bebida. Ha pasado un verano, y sigo recordando como nos revolvíamos escuchando a stevie wonder en su ático. Las dos fuimos presas de la libertad, la obsesión por no dejar rastro nos ha dejado marcadas a las dos. Y ahora se sienta en el borde de mi cama, prende un porro y espera que yo siga su juego. Esta ya no es mi partida. 

"He dejado de participar en tu vida desde que descubrí que me hacías daño". Me mira con desprecio. "¿Pero qué coño te ha pasado a ti?" "Vete, no quieras saber nada" pero en realidad, lo que me ha pasado es ella. No soy una entrepierna de sustituto del bar de la esquina. Ahora seguimos dando tumbos la una en la otra, pero pretendemos no mirarnos. 

Hasta que me encuentro con otra mirada. "Dejé de buscar amigos hace tiempo". Y todo comienza de nuevo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario