jueves, 1 de enero de 2015

La falsedad solo regala soledad


Venga vamos, sacudete de tus hombros la hipocresía. Eres demasiado transparente como para seguir insistiendo que llevas una vida perfecta. ¿No tienes ni absoluta idea de cual es el color con el que he decidido escribir mi vida verdad? Pero eso poco te importa, mientras tengas una armada de desprecios, nada podrá detenerte.

No soy sincera, ni contigo ni conmigo misma, eso es cierto. Aunque tu perdón no se determinará por el daño que otros hacen en sus propias vidas. Así que deja de ser tan estúpida. Sé que hablas a mis espaldas, y que no lo haces con esa sonrisa con la que pretendes comerte el mundo. Así, lo único que te comerás es soledad.

Preferimos armarnos de mentiras, porque nos asusta demasiado que las balas que disparamos nos terminen agujereando el alma. Sin la verdad no llegaremos a ningún lado cielo. Me pedirás un trago más, para hacer más divertida nuestra obra, y las dos, volveremos a olvidarnos del final de nuestros papeles.

Porque ninguna de las dos ha pisado jamás un teatro.

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