lunes, 19 de enero de 2015

Una(tu) ciudad en mi pared


Siempre dejo la persiana abierta. Me gusta acurrucarme en la cama y observar como las luces de la calle dibujan voces lejanas en mi pared. Me hace sentirme acompañada por cada silencio incómodo que vaga buscando respuestas. Puedo ocultarme en el mundo, y gozar, desde mis fantasías, toda vida que no me pertenece. 

Pero esta noche, los relojes han dado media vuelta y han comenzado a girar en dirección contraria. Sé que estás ahí, en el lejano murmullo que desmenuza mi nerviosismo. Tus ojos se encontrarán en este instante ante una barra de bar repleta de gritos ruidosos y olor a sudor y a perfume barato. O aún peor, buscarás en la mirada de alguna chica sonrojada aquello que no encontraste en mí. 

Comienzo a agobiarme y a ordenar de nuevo cada recuerdo, para ver si disfruto de mi propia tortura. No funciona. Ojalá pudiese confesarte que sólo me siento sola en tu ausencia. Creo que desde el principio supe que me estabas volviendo loca; antes era dulce y delicioso, pero ahora he perdido completamente el control. No te ausentas nunca de mis pensamientos.

Y esta noche, no iba a ser menos. Solo espero que al menos, haya conseguido ser parte de tus recuerdos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario