jueves, 28 de mayo de 2015

Seré cabrona, pero no gilipollas


Hemos vuelto a las andadas de este existencialismo de nuevo. Ya no sirven de nada los objetivos si todos estamos absortos en mentiras. No confío en nadie. ¿De qué me han servido todas estas gentiles sutilezas? La realidad es demasiado dura como para que pueda soportar mis cegueras.

Habéis intentado quitarme la vida sin daros cuenta del tiempo que llevaba muerta. Estáis haciendo de mí un monstruo que vuelve a creer en la protección del odio y la distancia. Soy un desastre total para pertenecer a la vida de cualquiera. Quizás mi camino siempre haya sido solitario y solo me he empeñado en luchar contra mi destino.

Esta vez no me caeré. Ya no soy esa niña de 13 años. Estoy harta de tratar de ocultar esta puta locura de los insomnios que me ahogan sólo para ver vuestras sonrisas que dan la espalda a la mínima. No soy perfecta, pero tampoco creáis que vosotros sois precisamente elegidos del cielo.

He dejado entrever el amargo monstruo que cuelga de mis venas; creo que no estabais preparados para ello. La diferencia entre mi sonrisa y mis gritos despiadados es abismal. Un puto segundo es suficiente para apuñalar una eternidad.

Me veréis echa una basura si queréis, pero nunca en el suelo. Estoy harta, tratando de construir el cariño de todos aquellos que no parecen comprender el idioma de mis actos. Adoro cuando os tatuáis toda mi maldad pero dejáis arder mi parte bondadosa. No voy a retenerte aquí, pero si te vas no vuelvas jamás.

Victimizarme sería como ponerme una soga al cuello y no levantar los pies del suelo. Soy una auténtica zorra, pero no me haréis más heridas de las que yo misma me vaya a causar.

Estoy harta de intentar abrazar sentimientos inmateriales. Si quereis odiarme hacedlo, siempre será mejor que quererme mientras guardais las puertas de emergencia a vuestras espaldas.

Me he rendido en nosotros,
pero no pienso hacerlo conmigo misma,
cabrones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario