domingo, 31 de mayo de 2015

Ha sido un largo viaje... todavía lo es


Entramos en la fiesta y parece que cada uno de los presentes nos lleva esperando muchas eternidades. Ha sido un largo viaje... todavía lo es. Nos encontramos mientras nos perdemos en nosotras mismas, la una en la otra. Las bocas hablan sin cesar, pero hace tiempo que dejé de comprender su idioma. 

El alcohol ha difuminado todos los latidos, pero nadie deseó soplar en mi contra. Sé de sobra que soy la única persona que puede detenerse a sí misma. Pero tengo miedo de los pálidos ojos de mi madre, quizás quieran cegarse, o quizás guarden silencio para siempre. Sólo el tiempo sabrá como escribirlo en mi piel.

Son solo miles de niños correteando por mi piel, jugueteando con mi respiración, alquilándome a plazos porque no pueden encasillarme en ninguna cordura posible. Si tengo que vivir, lo haré con la mayor pasión posible. Y para ello, no hace falta más que ser uno mismo en su salvajismo interno.

Somos preciosas criaturas que armamos el alboroto que fascina a todos los demás. Yo por certificar mi veracidad, tú por la adrenalina de enfrentarte a los mal hablantes con descaro. Puedo ver que esto te da valor, pero no sé si realmente te hace feliz. Y yo... me sé lo que hago, lo mío es solo otro caos bajo control más.

Que la noche te atrape es uno de los mayores placeres que puedan existir, pero procura no quedarte a vivir en ella... procura escapar siempre antes del amanecer. ¡Sal!

No hay comentarios:

Publicar un comentario