miércoles, 27 de mayo de 2015

No vacíes mi nevera por favor



Chica fuerte. Has apartado todos los obstáculos a golpes, y sin querer, has destrozado todas las recompensas de nuestra agonía. Tengo esa horrible cualidad de hacer sentir a la gente que sobra de mi vida cuando más los necesito. Todos se están marchando y he comenzado a darme cuenta de que soy yo quien no permite que nadie más barra mis lágrimas.

Construiré una caja fuerte con mi rabia contenida, y encerraré dentro la belleza vacía que ha disparado en mi contra. No quiero comprender, no quiero despertar, pero deseo que alguien me encarcele en la verdad para que pueda entender los motivos de mi condena.

Si nunca supe cuidar de mí misma, cómo esperabáis que cuidara de vosotros. He intentado luchar contra las mentiras maquilladas, hasta el punto en el que no me han importado más que los corazones desgastados y borrachos. Pero nada en este mundo parece llenarme lo suficiente. 

¿Alguna vez te has preguntado por qué no me da miedo hacer cosas nuevas? Necesito chutes de terror que me demuestren que esta no es una realidad dibujada sobre una hoja de papel doblada. ¿Cómo voy a temer algo si nunca he sentido el sabor amargo del dolor atraparme en la presencia de ojos ajenos?

Una vez decidí arruinar todas mis pesadillas, y fue todo tan fácil. Tan sencillo que ahora me he quedado sola, y se ha cumplido la que más temía porque estuve entretenida buscando ventanas por las que escapar. Cómo no voy a querer los libros si son los únicos a los que no puedo hacer cicatrices... Soy una persona horrible.

La felicidad no vale nada si no tienes con quién compartirla.

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