lunes, 4 de mayo de 2015

Pocos demasiados


Son bien entradas las horas de la madrugada. El mundo es un lugar silencioso y pacífico desde este balcón. Hace frío, pero incluso el viento arrastra algo de dulzura y se posa en mi piel en un trato que tiene de testigo a la luna. Me siento algo invisible y me acomodo un poco en mi piel.

Abrazo a las personas que pasean por mi mente. Recuerdo su olor, y la peca que tiene en el lado izquierdo de la nariz. Sus carcajadas por culpa de una cerveza y la gratitud de la amabilidad multiplicada por una sonrisa a destiempo, da en total un recuerdo de complicidad perpetuado para toda la vida. Recuerdo a los que no están, pero los que nunca me han abandonado.


Mi jersey granate sigue oliendo fuerte a café y a lágrimas agridulces. Pero siempre me ha abrigado de los sentimientos fríos. Mañana, serán 19 años, y aún me parecen pocos demasiados. Y todos los errores, han sido borrados por la grandeza de superarlos. La vida sigue poniendo demasiados videojuegos rotos en mis sueños, pero supongo que es así como uno aprende a apaciguarlos de los verdaderos. Sí, de esos tratos que cambian tu vida en segundos. 


Estas 19 velas, son para los que me habéis acompañado en mi pegajosa vida. Porque no sería nadie, si no hubieseis aparecido los rotos bancos de mis estaciones preferidas. 


19 velas, para todos vosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario