miércoles, 16 de abril de 2014

¿Nada es lo que parece?

Todo es mentira cielo. Él te tratará fatal y ese será tu regalo de despedida, ya sabes, es la comunicación de la nueva generación. Podría hacerte demente si conocieses el sabor del azúcar en tus sueños.

En tu boca sonaré como una zorra con chicle de fresa. Pero lo cierto es que no me importa, si buscas hacerme daño, tendrás que buscar otro arma. Si mi corazón de muñeca está tan vacío, no debería causarte ninguna preocupación ¿no es cierto?

No negaré tus distantes caricias, pero no formarán parte de mí. Soy libre de nuevo, y mi mente está llena de pastelillos angelicales que vomitaré al despertar. Pégame con tu escurridiza soledad e intenta enredarme en tus mentiras. Tengo las mías propias, y sé que no me desauciarán.

Puedes echar de menos mis dulces chantajes y como veo la vida en una difusión rosada. Ya te he envenenado con mi trágica timidez y ahora ni siquiera mis miedos más profundos podrán alejar tu pensamiento de mí. De todos modos, no me tendrás nunca. No seré tuya.

Con el corazón sobe la mejilla, seguiré siendo tu locura burbujeante, así que bésame y vete, si tienes el valor de congelar tu derretido zorazón.

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