sábado, 4 de octubre de 2014

Lo único importante


Así me siento. Como una striper bailando delante de su padre, como un drogadicto que le roba dinero a su hijo pequeño, como una niña rica que ha estrellado su coche de lujo porque se ha puesto precio a sí misma, como un delincuente que disfruta encerrado en prisión. Paso a pasito. Tan lejos y tan cerca, de mí misma.

Hace frío, como cada vez que me encuentro triste, pero esta vez es diferente. La ceguera me está costando demasiadas noches en vela. Un día me dormiré de golpe, y nadie podrá despertarme jamás. Y el cansancio, no me deja reconocerme a mí misma. Ya no me permito sentir. Me da miedo hacerlo porque sé que si cedo un poco, tropezaré con el abismo, y esta vez no quiero volver a jugar el papel de la débil, porque no lo soy, o eso intento aparentar al menos.

Me da igual si me quieren utilizar. Que lo hagan. Ya no soy más que los rastros de las personas que me rodean; un cuerpo vacío que solo se adapta a su entorno. Seguiré de pie, eso no lo dudo. Puedo reconstruir mi vida vacía, porque esta vez no duele, mendigando mentiras porque no sé lo que deseo en realidad. Lo cierto es que pocas cosas me importan ya. Simplemente dejo que todo pase a mi al rededor sin formar parte de nada. Creo que nunca he sobrevivido tanto tiempo sin derramar una lágrima.

Muchos desearían ser como yo ahora. No sé si es mejor o peor. Prefiero no imaginármelo, por si este hermoso hechizo se rompe de golpe. Viajando en formato vacío. Sin sentimiento ni sentido. Despertar huyendo de las pesadillas, pero desconociendo si me adentro en ellas. No sé si estoy despierta del todo. Pero qué mas da. No estoy bien en absoluto, pero tampoco estoy mal. Y eso es lo que importa. Lo único que me importa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario