Es tan delicado... todos en el mismo lugar, pero a la vez, cada uno en un mundo tan diferente. Por el pasillo puedo mirar, como en un escaparate, a algún alma perdida que en un futuro formará parte de mi vida, aunque yo no lo sepa todavía. ¿Imaginas que solo pudiésemos recordar el futuro?
Sé que me encuentro en medio de un torbellino de emociones que aún no han explotado. Aferrándonos a nuestra sonrisa fuera de lugar, nos tropezamos con rostros del pasado y contamos cuantos segundos tardaremos en olvidarlos. A todos nos ha atrapado alguna vez la soledad de complacer deseos ajenos.
Pero sea lo que sea lo que nos quiso derrumbar, aquí estamos todos. De pie. Más vivos que nunca. Porque no podemos elegir de donde venimos, pero sí a donde vamos.
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