viernes, 26 de septiembre de 2014

Orugas con alas


Hay momentos en la vida, en los que nos sentimos al borde de la muerte porque tememos ser aplastados por el peso de nuestros sentimientos. Instantes en los que vislumbramos el brillo de la oscuridad parpadeante por su propio atractivo, más que por el propio reflejo de la luz. Pero en estos aparentemente eternos inviernos, debemos acordarnos de esa oruga. Porque cuando una oruga cree vivir la muerte de su corta vida, se topa con la bella realidad, de que su sufrimiento da paso a una resplandeciente mariposa repleta de hermosura.

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