miércoles, 22 de enero de 2014

Compramos relojes, no sueños

A veces los sueños vienen arrastrados por el viento. Juegan alborotando tu pelo y plagándote de escalofríos que te hacen sonreír. Corren sobre el horizonte intentando alcanzarte y envolverte con una fría sacudida para pertenecer más al mundo real. Puedes ver como se acerca. Tus pies comienzan a temblar y la ansiedad alcanza cada resquicio de tu cuerpo para convertirlo en algo divino. Algo que no se puede ver, ni oler, ni tocar... tan solo se puede sentir.

Entonces corres. Corres como alma que lleva el diablo para sostenerlo en tus manos y hacer al mundo testigo de su paso por el mundo. Ni siquiera te planteas dejarlo a un lado porque necesitas poseer ese poder que por un instante te aleja de toda maldad. Sabes que valdrá la pena.Un respiro que compensará todos los latidos ahogados. 

El sueño te persigue, riéndose, esperando a que lo alcances antes de ir a jugar con otros niños. ¿Donde se encontrará el lápiz? Empaquetado en nuestros sentidos. Comienzas a temblar y unas emociones profundas empujan tu pecho. Como si el alma quisiese escapar de tu apresador cuerpo. Te cuesta respirar, y la adrenalina apenas te deja pensar o razonar. Es como un vuelo que parece no descender jamás.


Puedes sentir como te atraviesa. ¿Lo has alcanzado? Casi. Casi. Casi. Entonces alargas tu mano y tratas de impregnar el papel con esbozos de dragones dormidos. Desprende más vida que muchos de los seres de esta tierra. A veces lo alcanzas. A veces no. Y otras veces, consigues agarrarlo y arrastrarlo hacia atrás para que vuelva a ti. Solo que en esta ocasión, vuelve pero al revés... de modo que todo sale de fin a principio. 

Pero está ahí. Esperando a ser alcanzado. Y si no lo haces tú, si lo dejas pasar una vez más, tan solo buscará otro traductor que pueda plasmar su alma sobre miles de emociones olvidadizas. Atrapa momentos. Y es por ello que es tan escurridizo y sin embargo, valioso. Porque lo más valioso será lo que no podrás comprar jamás.

Abre tu mente sin temor a ser ensuciada, porque incluso los garabatos más horrendos, formarán parte de tu hermosa alma. Recuerda que tan una vida sin llantos, es una vida vacía, y que una vida sin risas, simplemente no se puede considerar vida.

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