miércoles, 23 de julio de 2014

Una vida.


El sol reina el cielo, y cegada me pierdo, pero estoy tranquila, alguien me sostiene la mano. Sonrío a la señora de la esquina y me regala un dulce cumplido. "Hoy para merendar te has ganado una chocolatina" me dice alegre. El niño de mi portal me saluda con timidez mientras se esconde tras la ventana. A la noche, mi madre viene a ahuyentar todos los monstruos de mi armario con un beso.

La noche es fría, y cegada me pierdo, pero nadie se atreve a darme la mano. La abuelita de la esquina murió, y he descubierto lo caras que son las palabras. "Hoy para merendar te has ganado un estómago vacío y un puñado de lágrimas por cada error" me digo a mí misma. El chico de portal no me mira; quiso compartir su amor con mi mejor amiga. Mi madre no viene más a espantar mis fantasmas, todos se encuentran en mi cabeza, y teme ser decepcionada.

El amanecer me visita con cautela, y cegada me pierdo, mientras tropiezo con manos desconocidas. Observo con cariño a la niña del parque y le regalo una pequeña reverencia. "Hoy para merendar te has ganado valentía y esperanza" me dice mi fuerza. El hombre del portal me abre la puerta, consciente de que mi recuerdo permanecerá en su memoria. Y... ahora soy yo quien ahuyenta mis propios fantasmas, porque me estoy convirtiendo en mi propia heroína.


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