jueves, 3 de julio de 2014

Todo tiene un precio, pero solo pagamos nosotros


Tras la puerta doble de todas estas frases felices, escondemos una luz somnolienta que nos han vendido demasiado caro. Los niños seguirán correteando en libertad hasta que un día necesiten agarrarse a algo que no sea su roto corazón. No les daremos la oportunidad de creer en ellos mismos, porque les hemos hecho creer la mentira de que los buenos son los que visten traje y corbata.

Todos ardemos en esta pesadilla, pero solo algunos se queman. Nuestra conciencia ha sido desahuciada, porque pensar, es un derecho que nadie desea reconocer como salvación. Para tener nombre, no puedes tener corazón.

Han sustituido nuestra persona por números que nos someten a un valor como seres humanos. La felicidad, es un malvado sueño del que nos alimentan cada día, y la perfección de la que pende, nos hace esclavos de una estafa. Nacemos repitiéndonos a nosotros mismos que si no somos felices, nuestra vida carece de valor. Decidme, ¿Cuando nos mangaron el derecho de ser personas?

Lloramos ante un espejo que nunca nos hace justicia. Hemos terminado ciegos, buscando la belleza de un alma en un cuerpo vacío. Somos solo rostros hermosos que no tienen permitido sentir nada. Pero nuestra vida comienza cuando nos deshacemos de ese espejo que en sus grietas, cada vez más comunes, escribe nuestra historia.

Se creen que nos han vendido a la muerte porque su bolsillo sigue repleto de nuestros morados papelitos. Abre los ojos, porque nos quieren hacer creer que han desgastado nuestro espíritu y no nos pertenecerá nunca más. Es todo un circo de mentiras donde no hay lugar para sonrisas.

No juzgues a los pequeños... nadie se detiene a comprender lo que es vivir en una soledad tan marcada por las apariencias y la distancia de las nuevas tecnologías. ¿Desde cuando los de arriba han luchado por nuestra felicidad?

Puedes llamarme loca, pero ninguno estamos cuerdos del todo. Escúchalos, pero nunca obedezcas lo que te impongan. Los nuevos están  haciéndolo bien, pueden salvarse a sí mismos y dejar de temer al temor aún. La lucha no acabará nunca. Somos víctimas de una represión involuntaria, pero aún podemos liberarnos si nos despertamos de este dolor que no debería ser nuestro. 

Enseñémosles el valor de algo, no el precio. Enseñémosles la belleza de un ser, no un cuerpo. Enseñémosles la autenticidad como único camino, no el plagio. Enseñémoles la importancia del amor, no del poder. Enseñémosles que ser fuerte, no tiene nada que ver con sentirse vulnerable. Enseñémosles que su voz no podrá ser silenciada si ellos mismos no lo permiten. Enseñémosles que vivir, no se trata solo de respirar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario