lunes, 14 de julio de 2014

¿Desconocidos para siempre?

Buscamos el despertar de la noche para que durante el día la realidad pueda dormitar. No es difícil empaparse de sentimientos donde el vacío es un derecho disuelto en la soledad. Unos labios desconocidos acunan nuestra franca existencia, quizás buscando una excusa para justificar nuestros latidos desembocados. Pero nada parece dar resultado, porque no existe sentimieto que podamos separar de nuestras emociones.


Una caricia accidental nos permite consolarnos en nuestra fragilidad. Queremos sentirnos poderosos en un mundo donde la vulnerabilidad se paga muy cara, y el sexo nos da poder, sin importar donde ni con quién. Pero ¿qué se ocultará realmente tras nuestras almas con escarcha?

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