viernes, 11 de julio de 2014

El arma más suicida es la ignorancia

 
Solo cambiando de lugar podemos descubrir donde nos encontrábamos antes. No puedo llegar a conocerte del todo nunca, pero sí puedo conocer el pequeño resplandor que me dejas palpar en tu alma. Sin embargo, no has calculado bien, y tu manipuladora voz ha escapado de tu cabeza para retumbar ahora en la mía.

Me gustaría haber abierto los ojos antes, pero quizás mis recuerdos no hubiesen sido tan felices. Tu mirada me acusa de un delito que solo ha sido construido entre conjeturas de vuestras palabras. Me he sentido libre con la risa sincera de lugares perdidos, he podido ver como mi alma se reconstruía e invadía mis miedos deshaciéndonos poco a poco. Sin embargo, han bastado unas pocas palabras tuyas para apresarme de nuevo. 

Debes aprender que no se puede retener lo que más quieres amordazándolo a tu solitaria historia. No comprender realmente nada de lo que ocurre por mi mente. Siempre he odiado decepcionar a la gente, y lo sabes, pero esta vez no hay otra salida si no quiero ahogarme en esta vida. Antes de que quede enterrada entre dos intensas guerras en las que me hubiese gustado alzar la bandera blanca, aunque yo nunca haya encendido ninguna mecha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario