jueves, 10 de julio de 2014

Ningún dictador velará por sus soldados


Repite y asiente. Repite y asiente. Repite y asiente. Mi título me da un artificial respeto que expando mecanizando cada pensamiento de los niños. No seas único. Pensar por uno mismo será tu mayor error, no te da derecho a ser una persona digna. La ridiculez de ser uno mismo es lo que te impongo con mis castigos. Ningún dictador se ha preocupado nunca por el bienestar de sus soldados.

Expresar tus sentimientos es de cobardes, y no pienso permitierte caer en la tentación de ser una persona. ¿No te das cuenta de que tu único objetivo es ser el mejor plagiador del estereotiop impuesto? Incluso eso lo harás mal. Tu valor será siempre tu seis de meida.

Llamo educación a la ignorancia. Prefiero que no penséis y repitáis una y otra vez: 2+2=3. Está prohibido preguntar, porque temo no tener respuesta. Ninguna ecuación está mal si en el libro lo pone así. Mi Dios es el reglamento que me impuse a mí mismo porque confundí el ser inteligente con agenciarme palabra por palabra de ideas agenas.

Ahora me miro, y descubro que son el futuro reflejo de mis sentimientos presentes. Deseo que se conviertan en mis copias porque nadie tiene derecho a desencadenarse de las farsas de la sociedad placentera. Y si yo no lo hice, no te permitiré hacerlo a ti.


¿Qué más te da, si al final todos nos convertimos siempre en un plagio impuesto?

Pero tú mientras tanto... Repite y asiente. Repite y asiente. Repite y asiente.

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