martes, 27 de agosto de 2013

Una delicadeza que nunca fue sincera

 
El sol comienza a jugar al escondite, y la oscuridad espía por los rincones de nuestro corazón. Podemos mentir y decir que todo va bien, pero a ninguna nos importa realmente como va todo ahora, porque junto a ti me siento protegida. Las dos tratamos de escribir sobre nuestra piel el brillante silencio de la belleza infinita, pero ninguna tiene fuerza suficiente para hacerlo. La vida pasa adelante, y no se detiene a esperar mis respuestas. Puede que sea sencillo para algunos viajar saltando de alma en alma, pero yo estoy perdida y confusa, y no recuerdo donde se encuentra mi hogar. Somos mariposas de cristal que reflejan la hermosa risa de una tristeza indefinida. No tengo miedo ahora. Sé que nada podrá detenerme. 

Me gustaría brillar en esta fría noche y decirte que todo acabará, que todo será como una hermosa pesadilla que olvidarás. Y sin embargo no puedo, porque sé que tú siempre fuiste mucho más valiente que yo. No tengo luces suficientes para acunar tus miedos ahora, pero lo estoy intentando, encendiendo una cerilla que pronto quemará mis dedos que tiemblan de tristeza. Somos tan solo creyentes de una estrofa delicada y sincera. 

Puedo sentir mi corazón palpitar por encima de mi vestido, y tú te sientas ahí, cogiéndome de la mano como si dentro de ti no hubiese roto nada. Y no puedo creerme cuanto te quiero. Ni siquiera tú podrías hacerlo. Porque esto es una lucha contínua. Siento tanto que tu felicidad haga "crac" por mi valentía. Sé que podría hacer las cosas bien, aunque ¿qué es el bien en realidad? Mi batalla lleva muchos años perdida, sin embargo tratamos de fingir que no es así, de construir un mundo que me mantenga fría. Pero tú tienes tan solo una herida, y entre tus costillas queda encarcelada una fuerza bruta que te conduce a una vida sincera y repleta de felicidad. Sonríe y levanta tu cabeza. Porque te queda una última batalla por ganar, y sé que la ganarás sin ninguna dificultad. Te quiero. No lo olvides nunca. Confío en ti. Sé que no es tu guerra perdida.

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