jueves, 15 de agosto de 2013

Luchadores de la verdad

Me miran desde sus rascacielos de ego y desprecio, dos atributos que deberían halagarme, porque puedo ver como se hunden en el desorden de sus vidas. Miradas muertas por las esquinas de la calle, y nadie tiene palabras que encajen con nuestros sentimientos, como un puzzle que nunca debería ser construido. Pero yo no pienso resistirme a la tentación.

Esto es una lucha continua que nos balancea en las cuerdas de clavos incrustados a los que llamamos vida. Son pedazos de sueños que fueron abandonados. ¿Quién eres? No puedes reconocerte en el espejo, tan solo eres un fantasma más de este frágil sueño. Nos tienden junto al odio y la tristeza, y los primeros que se enfrentan a los secretos impronunciables serán los responsables de ello. Miramos al pasado buscando respuestas para el futuro, y sin embargo, no somos conscientes de que aquel del pasado no volverá a los suburbios de la nada nunca más. Todo depende del presente y tememos que esa tinta negra con la que matamos esperanzas corra por nuestras venas. Creemos que lo tenemos todo, cuando tan solo somos propietarios de una vida que otros dirigen. Las confesiones son verdades sagradas que los esclavos de las mentiras aborrecen.

Aprender a vivir es escribir palabras desordenadas en un trozo de papel arrugado, pero muchos ya lo han quemado. Te venden sueños y todos desean atraparlos, por eso es tan difícil luchar por lo que amamos, pero que más da, si todo es pasajero y no nos pertenecemos ni a nosotros mismos. Algunos observan a su al rededor, avergonzados por descubrir la verdad y temerosos de ser los únicos. Tan solo unos pocos guerreros alzan la voz. Al principio los rechazan, la vida de los anuncios atrae en secreto como un imán sin magnetismo, pero el dolor nos fuerza a amarlos. Son los pocos que tienen valor para secar nuestras lágrimas sin apenas conocernos. Frío. Oscuridad. Derrota. Lágrimas. Soledad. Unas pocas emociones que nos hacen sentir compasión por el dolor ajeno, haciendo que el propio quede insignificante y nos ceguemos cuando son un espejo de todos nuestros deseos reprimidos. Todos estamos rotos. La diferencia es si tú rompes a otros o intentas curarlos.

No podemos controlar nuestra vida, pero sí como reaccionamos ante ella. No seas de los que se acomodan en su propio dolor y esperan que algún Dios eche el tiempo atrás para cagarla de nuevo. Somos imperfectos, y a menudo testarudos, pero puedo ver en vuestros ojos los niños de esperanzas puras que una vez fuisteis. ¿Qué a ocurrido? Somos débiles guerreros que han sido manipulados por los que más papeles verdes guardan en sus jerseys rasgados, aunque a veces sospecho que deseamos cerrar los ojos, y ser conducidos por lo que ocultan los cuartos oscuros. Ninguna persona es malvada, ninguna es angelical. Somos un montón de sentimientos desechados, y tan solo nos describen por lo que reflejamos en las emociones ajenas. Solo nos comprendemos cuando nos sentamos con nuestros engaños a charlar un rato, aunque quien sabe, ya estamos tan manipulados que no sabemos donde termina nuestro verdadero yo. Nos utilizan y dejamos que lo hagan ¿Quién es el verdadero culpable de ello?

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