viernes, 23 de agosto de 2013

Palabras balbuceadas en silencios dormidos

Todo ocurre exactamente a contracorriente de tus teorias. 
Todos desmoronan sus vidas sobre tu mirada, y juguetean con sus mentiras, 
poseedores de un tesoro llamado realidad establecida. 
¿Sabes lo que es volar sin ser vista? 
Puede haber un millón de cuentos sin partida,
pero nada comparando con el valor de una pesadilla adormecida.

Me ofreces tu sabiduría en colillas descoloridas,
y yo acepto encantada, aún sabiendo que nado entre maldiciones de las verdades más sencillas.
Coge mi mano y undámonos con nuestras ciegas palabras,
todos nos odian, pero nadie se atrebe a descorchar nuestras 69 partidas perdidas,
nadie comprende la soledad cuando queda por siempre erigida.

Levantemos nuestra barbilla sobre las almas encarceladas,
y demostrémoles lo que es la demencia consentida.
Quiero un millón de cosas, pero no existe absolutamente nada que me de vida,
como un alma que crece rota, 
alimentandose de un dolor ajeno que hace su vida maliciosamente divertida.

Tan solo tu voz retumba en mi cabeza; los demás sonidos son embotellados actos de valentía.
Las palabras de sabiduría se convierten en monótonas palabras repetidas.
Nada es tuyo, y mío no es más que la nada,
pero hay algo que compartimos, llamado melancolía aborrecida,
y lo que nos hace únicos, en esta travesía corrompida.


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