sábado, 19 de octubre de 2013

Viviendo muerta

Golpeo mi cajita de plástico. Desde aquí ningún reflejo de ilusión se ve nítida. No pestañeo y me detengo en una identidad rosa; deseo que jueguen conmigo a vivir, porque yo no puedo hacerlo por mí.

Dormimos en jardines de plástico junto a nuestra solitaria compañía. Todo está vacío dentro de mí, pero aún estoy preciosa con este vestido. Cambio constantemente el reino de mi narcisismo, pero eso es algo que tú nunca descubrirás.

No pertenezco a nadie. Mis zapatitos de purpurina me nombran merecedora de un reino muerto. Soy el espejo de tu imaginación. No podrás conocerme jamás, porque pongo el contador en cero cada vez que deseas hacer estallar mis sentidos.

Soy una muñequita de pega que juega a desgarrar prejuicios. Podrías llamarme falsa, pero cómo saber lo que es falso en mí si nunca has sabido hasta qué punto es real lo que te he mostrado. Cuento cuentos que nunca he vivido. No por miedo, no por odio, no por dolor... los únicos seres que pueden comprender mi ser somos yo y mis sueños.

Un corazón roto, tan solo puede dañar otros con sus trocitos cortantes. Para comenzar de nuevo tan solo debes cambiarme de vestido y seré todo lo que tú quisiste ver. Mi hogar es el número borroso de mi nuca.

Dejo que te creas tus preciosas mentiras. Asiento y sonrío. Soy un reflejo que se irá de tu vida como un leve espejismo. Siempre quise hacer de mi vida una obra de arte. Y así lo saboreo. La felicidad me asusta. Sé que si bajo la guardia vendrán a comprar mis mentiras, pero yo no las venderé jamás. Cada sonrisa triste me hace morir poco a poco.

Tan sólo puedo ser libre si soy otra persona. Una muñeca envuelta en su plastificado mundo perfecto. Una suicida que toma forma de mariposa eclipsada. Viviré eternamente en el mundo de los errores que se coserán con silencios eternos. Me quedaré aquí, en una cajita, observando como transcurre la realidad. Viviendo por siempre muerta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario