martes, 1 de octubre de 2013

Las secretas obsesiones de mi vida

Siempre he vivido bajo la creencia de que cuando una persona viene a este mundo, trae bajo el brazo un propósito que transforma todo nuestros deseos en señales que nos guían a un destino único y nuestro. Recuerdo que de pequeña, besaba escenas de los libros que hacían esta existencia un destello de ilusión. Deseaba recopilar mi vida en escenas de película que se quemarían con el tiempo, pero que sus ardientes llamas dejarían marcada la memoria de personas de cristal, puras y cristalinas. Soñaba con dejar rastro en este mundo, con ser recordada eternamente por la belleza de mis palabras, el frío de mi mirada... Mentiría si dijese que todo lo que he hecho para alcanzarlo no ha sido a propósito. Siempre ansiando esa libertad que me permitía encontrarme a mí misma. Nunca mentí a mis sentimientos, nunca traicioné mis emociones... tan solo me he dejado atrapar por ellos, sin importarme si eran reales o no. Sin importarme lo que sería de mí. Porque sé que antes o después me esfumaré de este mundo... y lo único que deseo dejar es mi recuerdo eterno.

Realmente, nunca me importó demasiado como alcanzarlo, siempre tenía una luz bajo la manga que hacía brillar mis ideas en los momentos más tenebrosos de mi vida. Lo único que supe desde el principio, fue que la verdad era quien tenía la llave para abrir las lágrimas de la gente muerta. Tienes que ver con el corazón, nunca con los ojos, y así, alcanzar la locura de la libertad. La locura de ser feliz. La locura de estar realmente viva.

Lucho eternamente por construir con mis actos incomprensibles un mundo mío. Para poder disfrutarlo con las pocas personas que abren heridas con buena intención y descosen experiencias para atarlas a su alma. Porque no deseo ser nadie más que yo misma, hecha de pedazos de imágenes difusas que robo de juegos ajenos. Sintiéndome yo misma enredada en la locura de mis propias fantasías.
 
Las personas a menudo, imitan un estereotipo que no se puede fusionar con su ser, y dejan de ser reales para convertirse en pequeños versos de un cuento inacabado. Lo odio. Deseo personas que hablan con el corazón y buscan la pureza de la vida, luchando por la realidad de sus sueños menospreciados y sin temor de proteger sus delicados miedos. Esas que tienen una guerra en su mente y que la liberan a base de sentimientos olvidados. Esos que me hagan sentir que la vida es una brillante oportunidad que no puedo dejar escapar sin más. Y que conociéndoles, pueda encontrar los pedazos pequeños de mi ser que he dejado desperdigados por el mundo.

Deseo vivir. Vivir sintiendo mi corazón later tan fuerte que no me deje ni respirar. Las pocas personas que han esbozado mi interior, susurran con dulzura que la locura se ha apoderado de mi vida, pero lo único que hago es creer en la persona que deseo llegar a ser y no atarme a ninguna idea establecida. Hazme vivir eternamente, y seré por siempre tuya.

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