viernes, 15 de marzo de 2013

Las personas felices, no son felices porque lo tienen todo, sino porque hacen el todo de lo que tienen


Mis ojos ahogados en lagrimas respiran tranquilos y dejan escapar unas pocas gotas. Todo está bien. Soy valiente. Soy fuerte. No todos tienen el valor de llorar sin temor. Respiro hondo y recuerdo que un día malo, no es sinónimo de una mala vida, mientras me niego a construir casas encantadas de fantasmas desveladas en mi mente.

Me armo de fuerzas y doy un poco de espacio a mi tiempo. Hay muchas cosas que debo arreglar, pero presiento que la vida misma las encaminará por sí solas. La vida a veces nos regala sonrisas, al igual que las lágrimas, pero las sonrisas pasan desapercividas, porque no rescrebrajan nuestros pensamientos como la tristeza. Pero no importa, ya que así es nuestro inesperado destino, y debemos aprender a buscar un camino que nos conduzca hacia la bondad de la felicidad.

Las personas felices, no son felices porque lo tienen todo, sino porque hacen el todo de lo que tienen. Por eso, a veces, cuando nuestras nubes de algodón se congelan, descubrimos que no debemos evitar chocarnos contra ellos, sino que lo mejor que podemos hacer es dibujar en ellos los sueños que nos hacen sonreir. 

Nadie es perfecto, y nadie ha nacido para serlo. Estamos aquí para vivir, no para ser un molde de felicidad artificial. Soy yo, y eso es más que suficiente, si es así como quiero vivir. Tengo fe en las personas, fe en los sueños, fe en las luchas, fe en la armonía, fe en la felicidad, fe en la paz, fe en el amor, y sobre todo fe en mi misma. Y aunque todo esto suene como un cuento de princesas desamparadas, muchos olvidan que están en nuestra realidad, pero que hay algo en nosotros que nos impide moldearlos a nuestros rasgos.

La vida no es sencilla, y mucho menos fácil, y aún y todo no nos queda más remedio que luchar por ella, porque es lo más valioso que podremos tener en la eternidad. Olvido mis errores cuando he aprendido de ellos, porque ya he aprovechado todo de ellos y aprecio mis aciertos, ya que me hacen ser real y ver que valen la pena mis sonrisas.

No soy la mejor persona, ni la más lista, ni la más hermosa, ni la más simpática, ni la más inteligente... pero qué más da todo eso, si no hay nada mejor que poder disfrutar de ser una misma.

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