sábado, 9 de febrero de 2013

Susurro al espejo... "haz hermosa tu fealdad"

Palpo las huellas del pasado, y la vergüenza trepa por mi piel, predigo mi futuro en una bola de cristal y la oscuridad y la incentidumbre me nublan la mirada. Deseo desvanecer en esta noche perezosa, ocultando mis mentiras tras unas preciosas rosas rojas que dejarán marcado en el olvido mi pasado. Pienso en alguna que otra palabra amable, un abrazo que no reconforte y en todas las lágrimas que llenarán de dolor mi vacío y muerto corazón. Me abrazo fuerte. Ahora no puedo caer. Respiro hondo y cuento. Quizás cada segundo que pasa me destruye poco a poco, quizás cada segundo me hace más fuerte. 

Entonces, detengo mi inaudible llanto un instante, y recuerdo, subiendo por las enredaderas de tus duras palabras, todo aquello que alguna vez me hizo viva ¿Donde están? Me hago creer que destruidos por mis silencios que dicen demasiado, pero dentro de mí guardo en secreto, una pequeña esperanza de que no sea así, y se encuentren aún escondidos, esperando ser descubiertos por mi inocente esperanza de construir una nueva vida. 

Al fin, confusa por caminar entre dos mundos eternos, me seco las lágrimas y enciendo una pequeña vela bajo la atenta mirada de mis decepciones, retándolas. Regalo a la oscuridad que se consume poco a poco, una triste sonrisa y sueño con aquella chica que un día escribió en sus memorias; "las imperfecciones son quienes me hacen perfecta". La necesito en esta intensa lucha. Puede que no se haya ido del todo, es posible que esté ahí, en ese lugar que hace mucho dejé abandonado. Un lugar llamado corazón.

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