sábado, 16 de febrero de 2013

¡Grita!

No me mires así. Ya no queda nada de aquella niña dulce que regalaba sonrisas. El amor sale siempre muy caro, y a mí ya no me queda presupuesto. Mis lágrimas se han transformado en gritos de desprecio, mis mentiras son mi diversión, mi malicia es mi salvación, la pasión entierra mi dulzura y mi locura me hace sorda de las voces de esas personas que nunca se han molestado en alumbrarme en la asquerosa penumbra de su vida. 

Qué más da lo que esperabas de mí. Nunca volveré a ser la misma. Soy otra, y con los puños apretados de valentía, destrozo todas tus estúpidas teorías y te hago estremecer. Ven. Divirtámonos. Será una venganza agria pero merecida. Salgamos corriendo de aquí. Empújame y hazme tuya. Sacude mi libertad y hazla salvaje. Róbame esta ilusión que me mantiene encarcelada y hazme viva. Anestésiame con música sin sentido y llévame a lugares desconocidos por los mismísimos fantasmas.

¿Qué? ¿Qué opinas ahora? No me importa. Porque los dos somos desechos de un pasado sin nombre ni destino. La vida nos ha escupido en la cara, y ahora nos toca devolvérsela. ¿Estás listo? ¡Grita!

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