jueves, 21 de abril de 2011

                                            Despertar con los ojos cerrados

Abro los ojos despacio, como si intentara no estropear los primeros segundos del respiro de la noche. Miro la pared llena de posters, de fotos, de recuerdos, de momentos inolvidables inmortalizados allí mismo al alcance de mi mano pero a la vez tan lejos. Mis ojos tropiezan con la pequeña cajita de madera. Allí guardados están todos mis secretos que he susurrado al viento y e soñado tantas veces guiada por mis novelas de caminos escondidos. Nunca he vuelto a leer un libro dos veces, porque recuerdo en lo que estaba pensando en ese preciso instante, como si de los matices de una muñeca de porcelana tratara. Respiro hondo y comprendo que le quiero, he vuelto ha caer en una trampa que tanto intenté esquivar. Muchas veces digo que le odio y es verdad, lo he sentido desde la sangre hirviéndome en las venas, pero hay días en los que no salgo, porque lo único que quiero es abrazarme a mí misma y nadar para ir en busca de todos los recuerdos que él hundió. Ahora todo es diferente pero no puedo evitar recordarlo cuando escucho esas canciones de ese verano mientras esperaba que estuviese al lado mío bajo el cielo estrellado. Cuando todo era ilusión de la inocencia... Hoy va a ser uno de esos días y sé que cuando me llame mi mejor amiga para quedar le diré que estoy ocupada para poder oír el tren pasar mientras me quedo en silencio, sola...

1 comentario:

teodioo dijo...

Mientras tu mejor amiga siente que te pasa algo por no querer salir de casa,donde estas tu sentada en el suelo rodeada de las cuatro paredes pensando en ese chico que no merece la pena.Porque te hace daño y no te lo mereces

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