jueves, 28 de agosto de 2014

Tenemos que hablar...

 "Tenemos que hablar"; y entonces supe que sucumbiste con la mirada sombría a los hábitos de la vida. Siento que me necesitas, como la luna necesita al sol para desplegar su luz angelical por esta pecadora tierra. Pero pensar, fantástica ilusión, que pequeños fragmentos de tu persona sucumben a mi presencia me consuela. Sea real o no. Que me necesites es una forma de necesitarme a mí misma.

Doy tres pasos y se escabulle a mi olvido el caminar. Tu eterna indecisión me tambalea. Podríamos correr tan lejos sabes... donde ni siquiera el aire se sintiera. Pero te empeñas en ir en dirección contraria. O quizás sea yo... que en ocasiones me cuesta creer que merezco ser feliz.

Ahora siento una soga en el cuello, porque necesito ser salvada, y en ocasiones abandonada. Y creyéndome por un instante la locura de mi arrogancia, te pinto un mapa para que puedas seguirla. Ojalá pudieses verla.

Estoy aprendiendo a vivir ¿Sabes cielo? Intento hacerlo contigo, aunque siento que es mucho más difícil. No paro de dar vueltas sin llegar a ningún lado en particular. Como si querer quererte me hiciese perderme más en mí misma. Porque eres tú la herida pero soy yo quien necesita ser salvada.

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