miércoles, 27 de agosto de 2014

Ahogarme en el vacío


La débil luz del fluorescente del baño me indica que ya es hora de volver a casa, pero el alcohol no ha difuminado mi tristeza lo suficiente. Mis manos agrietadas, y mi corazón en mi garganta. No estoy dispuesta a ver otro amanecer y sentir que toda la felicidad ha huido de mí hacia la belleza ajena. La locura me está atrapando y yo no puedo pararla.

Unos labios extraños que consuelen un poco este vacío en el que me estoy ahogando. He estado aquí antes, es un lugar conocido ya. Pero me sigue asustando como el primer día. Me queda más orgullo que dignidad, cayendo por el paraíso del ayer.

"Cobarde", escupo por la puerta. No quiero volver a una casa vacía donde me adjudicarán con cada una de mis lágrimas. Odio ser yo la idiota que te echa de menos esta madrugada. Pero... ¿Qué quieres que te de más que sombras indiferentes y ojos vacíos? En mi interior no queda nada más. Si me pongo a pensar ni siquiera te lo mereces, pero yo lo necesito.

Hoy me he estrellado de nuevo, y no se oyó nada. O quizás nadie quiso hacerlo. Lo único que me mantiene viva son esos instantes fugaces de pasión. Un soplo de aire frío que me hace olvidar por un instante todas las preguntas, aunque no me ofrezca ninguna respuesta. Estoy enferma de esta locura ya. Estoy cansada de cansarme. Estoy muriendo por vivir.

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