jueves, 14 de junio de 2012

La lluvia repiquetea...

La lluvia repiquetea en el suelo, alejándome cada vez más de la realidad que me rodea. Escucho a lo lejos un leve susurro de aquellas personas las cuales un día protegieron su alma abrochándose un fino jersey de lana que más adelante aborrecerían. Corro despistada intentando buscar refugio de esta fría lluvia que me hace sonreír. La vida es muy sencilla, como dice mi abuela; siempre lo ha sido. El problema es que nuestra maniaca memoria hace que anhelemos el pasado por no poder recordar las preocupaciones y tristezas que teníamos antes, consiguiendo así que solo seamos capaces de maldecir el presente, y es por eso que creemos que es tan complicado ahora... Pero eso ya no importa en absoluto, porque ahora no lo comprendo, ni pretendo hacerlo hasta dentro de muchos años. Escucho la voz de mamá casi suplicante, pidiéndome que deje de jugar con los sucios charcos que me encuentro de camino a mi casa. Pero yo no la entiendo. ¿De qué sirve la lluvia si nos negamos a disfrutar de ella? Arrugo la frente enfadada y sigo caminando, mientras la lluvia repiquetea en el suelo, devolviéndome cada vez más a la realidad que me rodea.

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