viernes, 18 de mayo de 2012

Todo el poder en nuestras manos...

Mi mente se bloquea y mi corazón deja de latir mientras esta melodía me cuelga en el tiempo. La canción sigue sonando despacio y siento que por primera vez en mi vida me fundo en ella construyendo una enorme ola de ilusiones que se han descontrolado. Es como si de repente yo no fuese nadie. No importa nada y me siento libre. Completamente libre. 


 Todo lo que me redea cae al vacío y poco a poco se va adentrando en mí una sensación de plenitud que absorve cada emoción que explosiona sobre mis distantes ojos. Veo millones de aviones de papel colisionando contra mi ventana y una risa agridulce reposa sobre mis oidos. Es tan fácil y sencillo que soy capaz de dibujar mis emociones en el polvo que levanta mi inaudible respiración. Cierro los ojos y es todo tan único... Un mundo que se encuentra en mí pero que no me pertenece: La indestructible fuerza de la música.

No hay comentarios:

Publicar un comentario