martes, 15 de mayo de 2012

Contradictorios sentimientos...

Los diminutos rayos de sol que intentan desesperadamente huir de la terrible oscuridad de la noche, se esconden entre mis cortinas, observando en silencio como escribo estas palabras que quedarán para siempre perdidas en este odioso cuaderno. Ignoro, congelando mi mirada, todas esas mentiras que he guardado cautelosamente bajo este polvo que me cubre, haciendo de este lugar un refujio que provoca el vómito de mis sarcásticos alagos. Atraviesa constantemente mi miente una decepción más, que me hace sopesar de nuevo el valor de escuchar a gente que lleva el precio de su vida colgado en su lengua marcada por pegajosas pegatinas. Demasiadas mentiras, demasiadas ilusiones, demasiadas fantasías... Sólo mi mente es capaz de proyectar otra noche más el mundo real al que pertenezco. Sé que no soy cruel, son mis sentimientos los que te traicionan, pero no yo. Recuerdo que me lo susurraste "te conozco...", tan ciego y seguro al mismo tiempo que me dieron ganas de dibujar en tu piel la palabra "iluso" con el roto espejo que adormece mi inexistente lado tierno. Me sorprendo a mí misma comprobando cómo las lágrimas no rasgan mi garganta, pero en el fondo, sé que debería ser así desde hace mucho tiempo, ya que  sólo devuelvo al mundo lo que me ha dado. He visto hoy de nuevo la solitaria decepción tapar tu rostro con un velo negro, destiñendo así todos tus sueños y devolviéndote de nuevo con los brazos cargados de rotas esperanzas a la realidad que te atemoriza. Siento como poco a poco tu alma se paraliza y con una maliciosa sonrisa te invito a escapar hacia aquel lejano lugar que el aburrimiento ha acorralado por el vacío que conlleva en nuestro interior. Pronto te sentirás aatrapado y pedirás a mis espaldas ayuda en un susurro al viento que no volverá a darte respuesta jamás. Vas fundiéndote en mí poco a poco, sin darte cuenta de que todo lo que te ocurre es una parte que nunca has querido visitar de mi soledad. Solo una parte de mí del que siempre has querido huir pero cerrándote los ojos con mis uñas afiladas por el odio he conseguido acerte parte de mi ser, mientras palpas a ciegas mi lado más doloroso y siniestro. Porque todo lo que tu corazón desea será siempre el lado que yo me empeño en reflejar sobre ahora tu sombría y desconcertante mirada. Me miras. Te sonrío. Tus mejillas se sonrojan. Suspiras. Olvidas. Y comienza este estúpido juego de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario