Y entonces me pregunté, si todo lo que había creído sentir era real o sólo producto de mi imaginación. Quizás siempre estuve ciega, pero hasta ese momento no lo supe con seguridad. O también es posible que nunca lo quise ver. Como dice mi querida abuela, es mucho más fácil vivir con los ojos cerrados.
Mi vida, nunca ha sido ni será un cuento de princesas, pero tampoco una istoria atestada de diablos. Comencé a comprender que había intentado con todas mis fuerzas vivir demasiado rápido, sin permitir que cada momento se consumiese en mi memoria.
Sin entender del todo porqué, aquella frase invadió mi mente por un segundo: Está bien no estar bien. Seguía pareciéndome una frase estúpida, sin sentido, pero sé que poco a poco fue atrapando mi vida, aunque aún así no llegué a entenderla jamás del todo. Ni siquiera ahora, después de tanto tiempo, soy capaz de aceptarla.
Han cambiado muchas cosas, pero lo curioso es que no he cambiado yo, como creía pensar entonces. Ha cambiado mi forma de ver el mundo manteniendo siempre la misma esencia, mis ojos. Me da mucha rabia pensar en como será mi futuro, así que como en aquel momento, decido centrarme en el presente sintiéndome cómoda acompañada por mis sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario