jueves, 4 de junio de 2015

Avisos

Reprimir mis impulsos es como apresar mis deseos más profundos. Nunca lo hagas, por mucho que te parezca el mayor error que vaya a cometer en mi vida, no lo hagas. Porque mis impulsos son la única forma de seguir en contacto con la vida, de poner en práctica aquellos pensamientos que avivan mis canciones y mis libros preferidos. Si no sigo mis impulsos, simplemente ese deseo muere. Porque cuanto más pienso algo, menos probabilidades hay de que lo cometa. No porque sea irracional... sino porque simplemente, pensar en ellos me hace pensar también en el miedo que arrastraré al cometerlos. Es mi forma de dar libertad a mis pesadillas. Dejad que cometa errores, porque sé mejor como lidiar con ellos que con la propia decepción de acobardar mis deseos. Por eso, y por todo esto, prefiero hacer y pensarlo, que pensarlo, y no cometer nunca ningún delirio.

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