miércoles, 11 de febrero de 2015

Viejos amigos. Nuevas almas.


Ha pasado el tiempo y ya no te almacenaba en mis recuerdos. Y entonces has decidido aparecer, con esa sonrisa de borrachera y la mirada clara de un niño pequeño. "Una caña por los buenos tiempos".

No sabía que yo había cambiado tanto. Excusamos nuestra ausencia preguntando sobre presentes mientras recordamos a contracorriente nuestro pasado. Es agradable sentirse abrigado por una mirada del ayer.

El tiempo nos enseñó a apreciarnos, a apreciar ese pasado compartido que nos aportó tanto. Y ahora, nos queremos, como aquel que quiere al hermano que perdió hace años.

Es importante recordar a quienes una vez nos dibujaron sonrisas, para ser conscientes de que hemos sido parte de un momento, de una vida que pudo cambiarlo todo madurando, y en efecto lo hizo, ahora al fin, para mejorarlo.

Y aunque oigo poco de tus palabras y aun menos de tus actos, quiero quesepas que siempre estoy ahí. Y que mi cariño no podrá cambiar por todo aquello que nos enseñó la vida mientras la dejábamos pasar sentados en el mismo frío suelo. Juntos, aunque sea en los recuerdos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario