jueves, 13 de junio de 2013

Echo de menos a alguien que no he conocido.

Es cierto, es extraño y raro que confiese esto. Pero las palabras brotan de mis sentimientos como si reclamasen en silencio comprensión. El corazón no deja de susurrarme que alguien me está llamando, y al ser oido por mis más profundos sentimientos, trato de encontrarlo entre mis escombros, pero no soy capaz de encontrarlo. Sé que hay alguien, perdido, ocultado tras todas estas tormentas de nieve, que espera ser descubierto por mis ojos. No sé donde lo encontraré, ni cuando, ni siquiera si llegare a hacerlo, pero está ahí, lo presiento. Es como si de antemano pudiese describir a la perfección su deseo de consolar sus emociones entre mis brazos, pero en realidad, es un amor sin firma ni sello. Una carta vacía que tiene un dueño que no sabe que ha llegado a mis manos. Quizás el destino me está enseñando en secreto un pedacito de mi futuro. O quizás simplemente lo esté perdiendo. Pero lo cierto es, que prefiero seguir soñando, porque hasta que no llegue a encontrarlo nunca podré saberlo, y por ahora, esto quedará en un dulce sentimiento mágico que guardaré con mucho cariño.

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